capítulo#5: "Almuerzo con mi acosador"

671 53 8
                                    

Por fin era salida, odiaba Psicología pero por fortuna para mí ese día la maestra volvió a explicar de qué trataba ese dichoso trabajo para el sesenta porciento de la nota. Cada pareja debía investigar sobre una noticia de impacto social y luego lo expóndriamos frente a los tres quintos.

Para empeorar la situación mi pareja era ese odioso rubio, no había podido hablar con él esa semana porque o estaba rodeado de muchachas babosas o mi orgullo era más grande que la necesidad de hacer el trabajo.

Al menos las clases habían terminado por esa dura semana, era viernes; esa tarde iría con Rosse a buscar un vestido para la fiesta de empresas. De recordarlo me deprimía otra vez, me hacía recuerdo de ir a la fiesta, lo que significaba convivir con personas extrañas y de alta alcurnia.

Traté de empujar los pensamientos de mi mente, era viernes tenía que poner empeño en sentirme mínimo relajada.

Caminaba distraídamente sobre la acera fuera del colegio, dispuesta a seguir el camino a la derecha para luego llegar a la parada de buses. Pasaba por ahí cuando el sonido de una bocina me sobresaltó, era Alexander que la tocaba para llamar mi atención sacando medio cuerpo por la ventana y gritándo.

-¡Hey Skylar! ¿Te llevo?

Rodé los ojos ignorándolo mientras proseguía mi camino. Alex bajó del auto y me dió alcanze deteniéndome del brazo.

-¿Oye por qué eres así? Yo solo trato de ser amable contigo.

-Oh sí, claro -respondí sarcástica-. Apuesto a que Puthilisa volvió a dejarte.

-Rompímos -afirmó con pena-. Ya no me importa, puede hacer lo que quiera.

-Ajá, como digas -reí falsamente-. Siempre es igual, apuesto que te metió cuerno nuevamente.

Alex bajó la cabeza avergonzado un momento, luego la levantó fingiendo superficialidad e indiferencia.

-No es tu asunto -se acomodó la corbata-. En fin, estoy siendo amable; te daré el honor de llevarte en mi auto.

-Vamos, los dos sabemos que es de tu padre -Alex enrojeció y yo hice el ademán de retirarme con una sonrisa-. Suerte buscando otra chica para sacarle celos a Jhulisa y parchar tu hombría.

Él me detuvo por el brazo, por un momento en sus oscuros ojos ví enfado real y quizá duda, eso se esfumó con una de sus típicas expresiones burlonas y desinteresadas.

-Sí claro, déjame sólo porque de seguro tienes que ir con otra persona -dijo sarcástico.

- ¡Pués para que lo sepas, sí! -especté molesta sin pensar-. Creo que ya te había mencionado que estoy saliendo con alguien.

-No me digas, un futuro fracaso seguro como con Darwin -palidecí un momento y me repusé rápido-. Que pena que las amistades se vuelvan rivalidades, ¿no crees? No deberíamos dejar que eso mismo nos pase.

- No -soné fría y dura hasta para mí-, no quiero nada contigo y es totalmente diferente, no te compares con Darwin; él sí era mi amigo...

Callé al darme cuenta que pensaba en voz alta; Alex se pasó la mano por el cabello, me soltó antes de girar sobre sus pies.

-Como quieras, en el fondo sé que aún queda algo

-Púdrete

El pelinegro cerró con furia la puerta del auto tras él y se marchó dejándo un poco de humo negro a mi alredor.

-Vaya... Eso no salió bien, ¿Verdad?

Apreté los ojos con fastidio, era el turno del rubio odioso para molestarme ese día. Me volteé y lo ví apoyado en un árbol, ese chico tenía una especie de aura tranquila y sospechosa, como una sombra, silenciosa y serena.

La Vida Secreta de Skylar GrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora