capítulo#17: "Enigma"

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Un silencio tensionante nos envolvió. Los ojos verdes de Dylan centelleaban fijos en mí, brillaban como los de un gato. Era increíble como algo tan atractivo podía ser igual de intimidante.

-¿Qué crees que haces? -Tenía un semblante ardiente; una mezcla de pánico y rabia.

Me puse en pie estrujando disimuladamente mis dedos, un tic nervioso mío.

-Relájate yo solo...-me rasqué la nuca sin saber a donde mirar-. Lo siento. Estaba aburrida, no pensé que ese viejo periódico fuera algo importante.

Aght no puedo creer que me haya disculpado con él

La sorpresa surcó su expresión y esta se ablandó. Suspiró y me reprendió con la mirada. Solté el aire que no sabía que estaba conteniendo cuando la puerta se abrió.

-¡Hey aquí estas! Te dije que sería puntual y...

El muchacho se detuvo cerca del umbral y nos miró alternativamente. Posé la vista en él. Llevaba jeans oscuros, una camiseta verde claro y su pelirrojo cabello como si fuera la melena de un león.

-Oh...Perdón, la puerta estaba abierta yo solo..

Dylan suspiró y volteó hacia el muchacho. Ahí lo recordé, era el chico que había llegado junto a Dylan el día de la fiesta y aparecía en la foto vieja.

-Como si tocaras alguna vez después de todo.

Dejó el periódico de manera recelosa en un cajón del escritorio. Lo observé curiosa y deseé tener ese papel en las manos de nuevo.

(...)

Me encontraba mirando el techo de mi habitación. Un libro abierto reposaba sobre mi vientre pero me había visto incapaz de concentrarme.

Habíamos regresado a la casa hacía varios minutos. Dylan había estado distante conmigo y con una expresión dura.

"Gracias por ayudarme. Ten linda tarde"

Había sido lo último que me dijo antes de desaparecer en la habitación de visitas. No entendía bien porqué estaba molesto. Sentía que era un exagerado.

¿O quizás sí fui entrometida? ¿Tenía algo que ver el viejo periódico?

Me froté la cara y decidí bajar a tomar alguna cosa. Dylan rara vez salía de su cuarto, como yo del mío, por lo que toparme con él no estaba entre mis preocupaciones.

Me senté a la barra y me serví un vaso de jugo como una persona civilizada. De pronto un sonido llegó hasta mis oídos. Era agudo y melodioso.

Fruncí el ceño y me levanté curiosa con la intención de averiguar su procedencia. Llegué a la puerta de la habitación de visitas. El sonido se oía más nítido. Suave y rítmico.

Abrí la puerta olvidando por completo que no estaba sola en mi casa.

La poca luz del atardecer se filtraba por las cortinas y hacía lucir su cabello más dorado, sus hombros eran anchos y tenía una espalda definida, musculosa. Tenía la cabeza inclinada hacia un lado.

La música me inundó los oídos. Era muy hermosa, penetrante y relajante.

Me perdí en el bello sonido que emanaba el violín de Dylan. Cuando éste paró casi bufé. El rubio giró la cabeza y clavó los brillantes ojos en mí.

-¿Sucede algo?

Mi corazón brincó en mi pecho. Sin saber de dónde saqué la confianza entré más en su habitación.

-No sabía que tocabas.

Me escrutó con aquellos ojos luminosos que yo tanto detestaba y me ponían nerviosa. Seguramente mi cabello estaba revuelto y la camiseta, como el short que llevaba, estarían arrugados pero no me importó.

La Vida Secreta de Skylar GrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora