Capítulo Veintidós: peleas familiares.

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-¿ Mamá que haces aquí? - Dije sorprendida.

¿Mi madre? ¿Mi madre estaba en casa?
- Venía a levantarte... - Se paró de la cama - pero me di con la sorpresa de que no estabas durmiendo en tu habitación. - Dijo seria. -¿dónde dormiste?
Me puse nerviosa, tanto que comencé a balbucear cosas.
- ¿Con cuál de los cuatro dormiste? -su tono de voz fue duro. - Yo no te enseñé eso.

Mis nervios se esfumaron y una rabia subió por mi garganta expulsando palabras.
-¿Como? - Dije molesta. - Tú no me enseñaste nada... Ni si quiera me criaste. - me dirigí al armario para buscar la ropa del colegio. - ¿A que te refieres con eso de "Dormir en habitaciones de Hombres"?
- Que te estas siguiendo los pasos de esas cualquiera que se acuestan con el que se les cruza. -
Me di la vuelta furiosa y la enfrenté.

- ¿Me estas llamando Puta? - Dije sorprendida. Dios santo, hacia semanas que no veía a mi madre y cuando la veía tenia que soportar que me dijera puta. - Tú eres la Cualquiera. - Dije indignada.
- Mocosa atrevida - Gritó - soy tu madre.
- Para mi una extraña. - Dije volteándome para no verle la cara. - Nunca te veo, no sé nada de ti, no se si vuelves a la casa y no se a que hora te vas de aquí. - Dije enumerando con los dedos. - Para mí no eres más que una simple desconocida que vive en el mismo techo que yo. Y siendo sincera, los rumores de que tienes algo con el dueño de la empresa llegaron a mis oídos, no somos tan distintas.
- _______ compórtate. - Dijo furiosa. - A mi me respetas. - volvió a levantar la voz.
- Por que te debo respeto si ni si quiera a mi me respetas... Que soy tu hija. - Dije llorando de la bronca. - Te apuesto a que ni si quiera sabes si voy a la escuela o no. - Dije. - Estas tan preocupada en tu trabajo que descuidas a tu hija. - Callé. - No sabes nada de mi. - La única que se preocupo por mi todos estos años fue Doris... - Dije yendo en dirección a la puerta.
-¡ Vuelve acá! No sé quien te habrá metido esas tonterías en la cabeza pero lo único que iba a decirte es que el Domingo te vas a Italia. - dijo Secamente.
- ¿Qué? - me paré sorprendida. - ¿Italia?
- Te dije que cuando terminaras la secundarías te irías a preparar para ingresar en la empresa. Las capacitaciones son en Italia, los mejores empresarios se especializan allí.
- No quiero. - me negué
- Quieras o no quieras vas a ir. - Dijo levantando la voz.
- ¡NO! - Grité. - no quiero, no quiero abandonar a Doris ni a mi amigos ni a mi novio. Me quiero quedar aquí.
- ¿Novio? - Rió sarcásticamente. - ¿Quien te dio permiso?
- No necesito permiso y menos el tuyo. He esperado mucho tiempo para estar con él y tú no me lo vas a arruinar por un capricho tuyo. - Un fuerte golpe sentí en mi mejilla. Mi madre me había golpeado.

Mientras lloraba y sentía mis lágrimas correr sentía odio dentro de mi y al mismo tiempo una tristeza incontrolable.

- Para que aprendas a respetar.

Salí de mi habitación y me encerré en el baño.

Me deslicé por la puerta hacia el piso, tocando mi cara y ahí me quedé llorando y desahogándome. Aún no podía creer lo que había pasado. De una noche tan linda a una mañana tan desastrosa.

Mi madre estaba ciega por su trabajo, por mantener a su jefe contento costase lo que costase. Era una psicópata. Una persona que no estaba bien psicológicamente. Y luego me puse a pensar en mi, una chica de 17 años, sola... Sin más que una vieja ama de llaves que algún día partiría y no volvería más. Mi vida era un asco.

Esperé unos minutos hasta que escuché el sonido de la puerta de entrada cerrarse y salí del baño.

Bajé y miré para todos lados aún nadie se había despertado, No sabía como, con el escándalo que había causado mi madre...

Fui por un vaso de agua y tomé una aspirina, la cabeza me explotaba por tantas lágrimas y pensamientos.

Volví a mi habitación. Y allí estaba Logan sentando en mi cama con la cabeza hacía abajo.

- ¿Logan que haces? - Dije cerrando la puerta. Mi voz estaba un poco apagada y mi nariz tapada por mocos que había estado limpiando por más de 15 minutos.
- escuché unos gritos.
- Oh perdona si te desperté... - Me interrumpió.
- ¿Estas bien? - Preguntó preocupado.
- Si, claro que estoy bien. - Esbocé una débil sonrisa.
- La verdad, _____.
- Lo cierto, es que no. - Una lágrima recoció mi mejilla.

Algunas veces uno quiere fingir que está bien pero cuando lo hace siente que todo se desvanece y no logra a tomar la fuerza necesaria para retener esas pesadas lágrimas, cargadas de dolor.

Logan no dudó ni un segundo en levantarse y abrasarme. Eso era lo que necesitaba un abraso, Ese abraso estaba lleno de ternura, compresión y amor. Las lágrimas caían sin cesar. Me rompí en mil pedazos al sentir sus brazos a mi alrededor.

- No llores no me gusta verte Llorar. - Dijo acariciando mi mejilla.
- Gracias por estar en las buenas y en las malas. - Me aferré a él.
- te amo y siempre te voy a proteger. - besó mi frente. - Ven será mejor que descanses.
- ¡No te vayas! - Tomé su brazo. - por favor.
-Está bien. - Sonrió.


Los dos nos acostamos y nos abrasamos. Logan acariciaba mi pelo mientras yo sólo miraba al vacío. Estuvimos así un largo rato.
- Logan... - Dije susurrando.
-Qué preciosa. - Dijo acariciando mi pelo.
- ¿Prometes que nunca Jamás me vas a dejar...? - Lo miré.
- Lo prometo. - Besó mi frente. - El destino nos une ______, nunca nos va a separar... - Dijo apegándome más a él.
- Te amo. - dije escondiendo mi cara en su pecho.
- Yo también te amo.

El destino nos une. (LoganBTRyTu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora