Capítulo 6

648 85 27
                                    

El rubio sonrió mientras esperaba a que abrieran la puerta de su casa. Aún podía escuchar las risas de Harry mientras lo ayudaba a comer helado. Habían pasado una linda tarde juntos, aunque se habían pasado con el horario. De había dicho hasta las siete y era más tarde de lo acordado. No había sido culpa de ellos, realmente la estaban pasando muy bien y habían olvidado por completo el horario que habían establecido con la rubia. Aunque no creía que ella fuera el problema, sino su hermano, que estaba actuando como su madre en estos momentos. La puerta se abrió y, aunque Niall no podía ver, supo rápidamente que era su hermano mayor. No sólo por el bufido cargado de enojo que lanzó el castaño sino también por el aroma a su colonia. El rubio mantuvo su sonrisa, sin saber realmente si estaba frente al chico o no.

-Estas..-Greg miró su reloj, observando la hora.-Una hora y cuarenta minutos retrasado, Horan.-Niall soltó un suspiro mientras arrastraba su bastón por el suelo y comenzaba a caminar, ya que no había ningún obstáculo en su camino.

-Lo siento, Greg, olvidamos que teníamos que...-Lo interrumpió.

-No quiero que te juntes con él.-Sentenció sin dejarlo terminar.

-¿Qué?.-Niall rió, creyendo que todo aquello no era más que una broma.

-Lo que escuchaste.-Dijo mientras cerraba la puerta de la entrada.-Los vi besarse en el jardín, ¿Desde cuándo te gustan los penes, Niall?.-Denise, quien iba ingresando a la sala con el pequeño Theo en brazos miró horrorizada a su esposo.

-¡Greg!.-Exclamó, aún impresionada por lo que acababa de decir el hombre. Este le lanzó una mirada furibunda para luego volver a ver a su hermano, quien estaba rojo de la rabia.

-Sería mi problema si me gustan los penes, Greg.-Denise observó al pequeño Theo que se estaba tapando sus oídos, aquellas cosas no le gustaban. La mujer mordió suavemente su labio antes de salir de allí. Creía y esperaba que el menor pudiera defenderse sólo.

-¡Dios Niall, ese idiota te ha lavado el cerebro!.-Niall creía que su hermano estaba realmente mal. Los celos se estaban apoderando del castaño pero Niall no tenía la culpa de eso. Él solo era feliz pasando tiempo junto Harry, no pensaba alejarse de él porque su hermano odiara a los homosexuales. Aunque él no se creía uno, solo...había tenido esos dos besos, pero no creía que se hubiera convertido en uno en pocas horas. Es algo que se tiene que tomar con calma y meditar todo ese cambio por el que tendría que pasar.

-¡Nadie me ha lavado el cerebro, maldita sea!.-Gritó el rubio, enfurecido. Greg dio un paso hacia atrás, alarmado por el comportamiento del rubio.-Creí haberte dejado en claro que estaba cansado de que me estuvieras atrás todo el día, de que controlaras con quien me tengo que juntar o no, ¡No tengo cinco años, Greg!.-La sala quedó en silencio y Denise, quien se encontraba escuchando desde el marco de la puerta de la cocina, mordió su labio con nerviosismo. No le gustaba que ellos pelearan y, últimamente, ambos estaban peleando más que nunca. Tal vez el divorcio los estuviera afectando y aquella era la única forma de poder sacar su enojo y frustración a la luz.

-¿Sabes qué? ¿Quieres ser libre?.-Niall asintió repetidas veces, cansado de todo eso.-Bien, manéjate tú solo, porque a partir de ahora mamá, Denise y yo no te ayudaremos en nada. Espero que estés contento ahora, James.-Casi escupió aquellas palabras mientras miraba con cierto odio a su hermano menor. ¡Era un idiota, él no comprendía que solo lo estaba cuidando de todo lo que lo rodeaba!

-¡Bien!.-Exclamó el rubio, aunque la preocupación comenzaba a crecer en su estomago.

-Espero que sepas cocinarte la cena solo porque nadie te la hará.-Comentó.-Tendrías que haber llegado antes.-Y dicho esto por parte del castaño se fue, dejando a un Niall completamente impresionado. ¿Acaso era una broma? Porque era una de muy mal gusto, ¿Cómo quería que se cocinara? Tal vez otras personas que no veían tuvieran la habilidad (luego de mucha practica) de hacerlo, pero él no era parte de esas personas. Niall estaba acostumbrado a que su madre hiciera todas las comidas, pero sabía que ahora ella casi no salía de su habitación. Greg estaba a cargo y todo se estaba cayendo en pedazos rápidamente. El rubio soltó un suspiro y comenzó a pasar el bastón por el suelo, intentando encaminarse hacia su habitación.

A través de tus ojos-Narry StoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora