Amigos con Derecho

Desastre de Persona

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—Desastre de persona—

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*_LEVI_*

Una.

Dos.

No...ya iban siendo tres horas desde que me despedí de Eren en su casa. Este número impar aun permanecía atormentandome desde el mismo momento en el que sentí la brisa fría del exterior chocar contra mis mejillas y la vista solitaria de mi casa se posara frente a mí. Fue difícil, digo, separarme de él, dejándolo con su sonrisa forzada y con los hombros rígidos bajo el umbral de su puerta. Me hizo pensar en mil cosas en ese instante. No lo estaba dejando, se lo había repetido desde el mismo momento en el que le dije que tenía que volver a casa porque mi "madre" había enviado un mensaje urgente a mi celular unos minutos atrás. Pero que estaría a primera hora mañana para cuando partiera junto con la banda.

No me quiso soltar. Se negó y me dijo que iría conmigo y se quedaría hasta mañana en mi casa. Cosa que me dio diversión y a la vez unas tremendas ganas de golpearlo, abrazarlo y besarlo. Pero no mostré nada más allá que una leve sonrisa y un suave jaloneo del típico mechón castaño encima de sus ojos.

Y Al igual que él me negué y para mi buena suerte Mikasa ayudó. Quién sabe si fue de buena fe o porque enserio quería que me largara, pero lo hizo de buena gana así que estaba agradecido tremendamente por ello.

Justamente ahora desearía gritarle por ayuda pero no lo iba a hacer. El hecho de haber depurado gran parte de los rencores pasados no me hacía sentir absolutamente a gusto, aunque debía admitir que sí que me sentía más ligero con mi propia consciencia. Hasta hace unas horas no me había dado cuenta de lo mucho que me molestaba la sola presencia suya. Supongo que ahora ya no es tan intenso ese sentimiento. Y siento que para Mikasa tampoco...

O tal vez... el hecho de sentir tanto por su "hermano" hacía desaparecer cualquier tipo de pensamientos o deseos negativos. Quien sabe... uno nunca podía saberlo cuando estaba atorado en este tipo de dudosa situación.

Al menos yo aún no sabía si lo que sentía por Eren era amor en esa única forma. En esa forma tan intensa e inmersa de tantos sentimientos inconexos y a la vez unidos en un solo hilo aparentemente de apariencia similar.

Oh, no. Pensamientos estúpidos de nuevo.

—Hey... Tierra llamando a Levi Ackerman—unos dedos ocuparon gran parte de mi vista y comenzaron a chasquear irritantemente frente a mí, crispando aún más mis nervios.

— ¿Qué?

— ¿No has escuchado nada de lo que dije? —consideré seriamente la idea de decirle que si lo hice pero a juzgar por el tono serio que usaba supuse que no sería el mejor de los caminos, así que opté por ser directo.

—No, no te escuchado.

Suspiró hundiendo ambas manos en los bolsillos de su chaqueta y se dejó caer en el respaldo del asiento—Bien, no debería sorprenderme... Tu novio está a punto de irse muy lejos, supongo que es algo normal estar tan pensativo y perdido.

Muchas gracias Farlan, como si hubiese sido necesario tal recordatorio—... En realidad, estaba pensando en la vergüenza que pasaré esta noche...—

—No es como si alguien te estuviera obligando a hacerlo.

—Nunca dije eso... Es una vergüenza por la que estoy dispuesto a pasar. Además si alguien me estuviera obligando ten la certeza de que lo golpearía y me rehusaría con uñas y dientes a hacerlo. Odio sentirme presionado.