Amigos con Derecho

Órdenes

—Órdenes—

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*El texto escrito en negrita y letra curva son recuerdos.*

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*_LEVI_*

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Los suspiros eran cada vez más fuertes; salían más entrecortados y rápidos, provocando que el ambiente se volviera más caliente e íntimo. Haciendo que mi propio cuerpo tiemble por el choque de temperaturas aunque no fue mucho después que ese ligero problema pasó a segundo plano, siendo reemplazado por un gemido largo y la necesidad imperiosa de aferrarme a algo.

—Ahh...—jadeé sintiendo la sensación resbaladiza y caliente de su boca y lengua al momento en el que lo metió a su boca. Solo agradecía que enserio no viviera nadie cerca, ya que definitivamente Eren estaba siendo más efusivo de lo que se podía llamar "normal" viniendo de un joven tan calenturiento. Lamía y succionaba, arrancándome gemidos rápidos y uno que otro suspiro, pero nada se comparaba con mirar sus ojos. Era lo suficientemente descarado como para mirarme y sonreírme de lado sin dejar de lamerlo, y lo único que podía hacer era intentar no caer perdido ante sus ojos y las sensaciones que me provocaba.

Menudo mocoso.

—Deja... De mirarme así—murmuré a duras penas, frunciendo el ceño en un intento de parecer amenazante, aunque bueno no estaba precisamente en la mejor posición para hacerlo, ya de por sí intentaba no hacer mucho contacto visual pero al final terminaba haciéndolo; como si sus ojos fueran en realidad imanes turquesas.

Eren alzó una ceja y por un momento creí que iba a detenerse como algún gesto de venganza, y estaba más que dispuesto a mirarlo incluso más molesto —cosa que de verdad quería aparentar estarlo— pero no; fue algo un poco distinto a lo que imaginé y tan solo estiró uno de las manos que hace unos cuantos segundos se dedicaba a acariciar la parte interna de mis muslos para llevarlo hacia mi rostro. Me mordí el labio con fuerza en cuanto lo sentí succionar la punta de mi miembro y aprovechó para acariciar mi mejilla con cierta diversión. Enserio lo golpearía si no fuera porque prácticamente me tenía a su merced.

— ¿Recuerdas al hijo adoptivo de Marlene?

—El niño que vino hoy con Mikasa—respondí más como una afirmación que como una pregunta en sí; aunque en realidad no me interesaba del todo saber o no de él; no si tenía que ver algo con esa mujer.

Abrí los ojos —que hasta ese momento no me había dado cuenta que los tenía cerrados— y volví a mirar a Eren con cierta urgencia. Otra vez estaban volviendo... Esa especie de recuerdos extraños y difusos, pero por más que intentara volver a concentrarme, comenzaban a hacerse más nítidos y de alguna forma me hacían sentir como si yo fuera el que los estuviera obligando a salir. Pero ni siquiera intentaba hacerlo. Solo aparecían...

¿Por qué?

¿Qué era todo eso?

—Eren...—susurré jaloneando los mechones de su cabello y respirando de forma agitada, sin saber exactamente si era debido a esos flashbacks o el hecho de que estaba a punto de llegar—Mmmgh!... Eren... Detente... N-no quiero...correrme—entreabrí la boca esperando tomar más bocanadas de aire y llenar mis pulmones, pero enseguida sentí como sus dedos pasaron de estar sobre mi mejilla hasta mis labios, dejando suaves caricias alrededor de ellos e incitando a que los separe aún más. Me tomó unos cuantos segundos entender que es lo que buscaba y no tardé mucho en sacar levemente mi lengua para empezar a lamerlos.