Amigos con Derecho

15.8K 644 512
                                    

Shingeki no kyojin es más que obvio que no me pertenece, si así fuera Eren y Levi ya tuvieran una camada de niños que mantener.

Lo que provoca un par de copas—

.

.

Jodida Hanji…jodido Erwin….jodido taxista…jodido viento nocturno….jodidas personas que gozan de una vida llena de armonía y unicornios que vomitan arcoíris. Jodidas personas con su puta felicidad.

Una vez más había sido objeto de sus putas y repugnantes ideas ¿En qué carajos estaban pensando al llevarme a un lugar tan desagradable y sucio? No por nada me llaman el obsesivo de la limpieza solo por sacarme de mis casillas.

Aunque quien me podía culpar. Si vienen tus excéntricos “amigos”  a sacarte a rastras de la casa con sus lóbregos conceptos de diversión no podías simplemente darles un fuerte golpe y dejarlos tirados en medio de la sala, estorbarían.

 Ni siquiera sabía cómo es que pudieron entrar a la casa, estaba seguro de le había puesto doble seguro. ¡Doble!

Mierda, debió haber puesto la maldita alarma también.

Dejé de pensar demasiado, solo hacía que mi migraña acrecentara. Me senté de forma más relajada en el repugnante espaldar del mugriento taxi e intenté, con toda la paciencia que me quedaba, desconectarme de la absurda conversación que mantenía el par a mi lado.

—Miraaaa Levi-Love, ya estamos llegando. Quita esa cara de perro a medio morir—Hanji intentó tocar mi hombro, pero con un movimiento rápido me aparté.

— ¿Y luego qué? ¿Quieres que ponga esa cara tuya de maniática con trastornos mentales?

—Siiiiiiii, no estaría mal.

—Y una mierda Hanji ¡Cállate!

Que alguien me mate, aquí ¡ahora!

—Disculpe señor. Aquí es el lugar de la dirección—dijo el conductor ladeando  la cabeza hacia la ventanilla.

—Ah, sí. Pueden pagarle, chicos —murmuró Erwin con serenidad.

Ambos, tanto como la loca a mi lado y yo lo regresamos a ver asustados.

—Oye idiota, tu nos invitaste ¿Acaso tu pequeña cabeza rubia ya lo olvidó?

—Oigan chicos, cálmense. Los invite al bar, pero nunca dije que pagaría el taxi—respondió con la simpleza de un idiota.

— ¡Erwin! Yo no traje plata, sabes que soy pobre—replicó Hanji jalándole el cabello al rubio.

—Y una mierda Erwin, no pienso pagar ni un puto centavo  ¿entendiste? —le respondí empezando a perder a paciencia.

—Vamos Levi, tu eres el del dinero de sobra, al menos ayuda con esto. —contradijo el con una enorme sonrisa.

—Es tu problema. Ustedes son los que no se dignan a conseguir un trabajo decente.

— Ser un striptease no es un trabajo decente, Levicito ¿Cuántas veces ya lo hemos hablado?

—Cállate, cuatro ojos.

— ¿Trabajas de striptease, Levi? Nunca me lo dijiste, empiezo a sentirme ofendido.

— ¿De dónde crees que saca tanta plata el condenado? —preguntó Hanji abrazándome por los hombros. — Abusas Levi-love, abusas de que en la universidad tienes la fama  de ser el “Dios del Sexo”

Amigos con DerechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora