La vida de la familia Jaeger (Parte tres)

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Les traigo la conti amoures~

Disfrutenla :333

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Su habitación no era muy grande y no tenía muchas cosas pegadas en las paredes…por no decir que absolutamente nada. La cama estaba pegada a la pared y al lado derecho se encontraba el alfeizar de la ventana, mientras que a su lado derecho estaba una simple cómoda con un reloj y un portarretratos encima. Los últimos detalles que también noté fueron el escritorio más apartado sin ningún libro u hoja reposando encima. Todo estaba pulcramente ordenado, organizado y limpio, no había imperfecciones. Todo era tan Levi.

Entonces observé su librero y me sorprendí. No era como el mío que apenas lograba llenar cada pequeño estante, este era amplio, llegando a abarcar casi toda la pared con sus innumerables libros. Regresé a verlo y lo encontré sumido en las teclas de su celular ¿A quién estará escribiendo? Me mordí el labio con molestia decidiendo mantenerme estoico con ese tipo de cosas, porque a pesar de ser su novio muy  poco podría hacer con eso, solo provocaría su enojo.

Suspiré con resignación y continué hojeando su librero, tenía de todo tipo y eso me emocionó. No sé muy bien el porqué, tal vez era esa sensación de saber que puedo hablar con él sobre libros, a pesar de que no he leído mucho y se nota a leguas que el sí que lo ha hecho. Me incliné hacia el estante un poco más bajo y comencé a pasarlo con el dedo índice, buscando el vislumbre de algún libro que conozca.

Entonces lo vi y lo tomé sonriendo para mis adentros. Me pregunté si ya lo habrá leído, era un libro a mi parecer interesante, más que todo por la historia de amor que llevaba escrita; no era cualquier historia de amor…podía decir que a pesar de que tenía sus partes dulces escritas dentro, también había ese borde afilado que provocaba que quisieras seguir leyéndolo.

Cumbres borrascosas.

 —Oye, mocoso—dejé el libro en donde lo encontré y lo volteé a ver. Aún sostenía el celular en la mano— ¿Piensas dormir con eso?

— ¿Con que? ¿Con mi ropa? —no me sentía incómodo con la ropa, podía dormir con ella—No me molesta, pero si quieres que me lo saque. No tengo ningún problema—sonreí de forma inocente reprimiendo el deseo de besar esos labios fruncidos.

—No quería decir eso, idiota. Pero si quieres dormir incómodo no es mi proble…—su celular volvió a sonar deteniéndolo, miró rápidamente la pantalla y soltó un bufido molesto—Voy a cambiarme, tu mientras puedes acomodarte en donde sea que vayas a dormir.

—Dijiste que puedo dormir en tu cama—repliqué mirando el pequeño aparto que robaba su atención y una vez más deseé haber nacido con súper poderes para así poder destrozar ese maldito celular.

—Sí, hazlo—dijo de forma ausente, mientras se encerraba en el baño con la muda de ropa  que sacó rápidamente de su ropero en la mano.

Me sorprendí por la cantidad de veces que había suspirado en todo el día. No era normal en mí hacerlo, a menos que sea para hacer algún tipo de broma o para imitar a alguien. Me saqué los zapatos junto con la medias y me dejé caer en la cama, casi de inmediato mi celular empezó a vibrar. Maldije mentalmente, había olvidado por completo el mensaje que le había enviado a Mikasa, seguro y ya lo vio.

Me preparé inhalando una gran cantidad de aire y soltándola reiteradas veces mientras veía la pantallita del aparto con el nombre de Mikasa parpadeando sin detenerse. Vamos, Eren se hombrecito y contéstale de una maldita vez. Tragué con fuerza y por fin aplasté el botón de contestar.

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