Buen viaje

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—Buen viaje—

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*_LEVI_*

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Me tomó un momento despedirme de mamá, en efecto fue casi media hora, ya que por alguna extraña razón ella se mostraba muy cariñosa ese día. Me abrazó casi todo ese tiempo, pero no decía nada, lo que provocó que algo dentro de mí revoloteara por pura angustia. Mamá solía pasarse de cariñosa de vez en cuando pero no era siempre, y no de esa forma tan inquieta y silenciosa. Siempre o me llenaba de sobrenombres pasados de moda de madre-hijo o me balanceaba de un lado a otro como si fuera un niño pequeño.

Bueno me molestaba de vez en cuando, por no decir siempre, pero justo ese momento me molestaba más la idea de verla de esa forma tan extraña.

— ¿Mamá?...

—Ten cuidado, ¿bien? —me dijo en voz baja, separándose por fin, y tras darme una sonrisa leve, se volvió hacia el jardín, directo a su auto.

La vi irse algo silencioso, aun así la preocupación no se iba del todo, por lo que la llamé y le devolví la sonrisa junto con un "Siempre he tenido cuidado". Eso pareció relajarla al menos un poco, o al menos eso esperé.

En cuanto la vi arrancar, suspiré mientras me llevaba las manos al cabello, dejando mis pensamientos vagar sin un sentido aparente. Me volví hacia la casa, encontrándome enseguida con un par de ojos viéndome con una mezcla extraña entre tristeza y preocupación. Pestañeé mientras volvía a soltar otro suspiro. Eren me sonrió levemente y se acercó, más rápido de lo que creí por lo que no me esperé ningún tipo de contacto, menos un beso. Pero, como siempre, terminó por tomarme de sorpresa.

—Entonces... ¿Nos perdemos? —preguntó sobre mis labios, mientras me abrazaba por la cintura.

—Si...—susurré dejándome llevar nuevamente por sus labios.

El día pasó relativamente rápido. El gato, ese pequeño y molesto animal, se la pasó rondando por la casa, maullando y siguiendo a Eren a donde sea que vaya. Tuve que reprimir más de una vez el deseo de terminar por sacarlo, porque lamentablemente Eren enserio pareció apreciar al animal. Claro, tuve que poner unas cuantas —muchas— condiciones para tenerlo en casa. Tuvimos que ir al súper a comprar arena de gato y comida, de paso compramos comida china para comer en la cena. Todo parecía ir muy bien. Como siempre el mocoso se pasaba de imbécil, haciendo que de alguna forma riera, y luego llegaba con sus mimos e intentos de darme la comida en la boca. Obviamente yo me negué.

Todo había estado bien hasta que terminamos de comer. Ya que tenía que ir al trabajo. Y se me era imposible faltar, dado que era viernes, y la clientela era aún más exigente... Y no es como si justamente ahora estuviera en buenos términos con mi jefe.

—Eren...—volví a murmurar, esa vez sintiéndome más frustrado— Mírame, ¿quieres?

Estaba casi media hora sentado a su lado; bueno en realidad medio acostado. La gran idea de ver una película después de todo el "arduo" trabajo de limpiar, no había sido nada más y nada menos que de Eren, incluso había hecho palomitas para acompañar y me había arrastrado a verla. Claro, al ver que aún era temprano no repliqué nada y solo lo seguí. Lo que no me esperé es que justo cuando iba a sentarme me tomara de la cintura y me obligara a sentarme entre sus piernas, dejando que mi espalda reposara sobre su pecho y el bol de las palomitas en mi regazo. Algo así, ni en mis más enfermizamente cursis sueños, sucedía. Aun así, no pude negar que no me la haya pasado bien. Digo, enserio me sentía cansado y tenerlo junto a mí de esa forma, me hacía querer cerrar los ojos y perderme en todo lo que conlleve su presencia, pero en cuanto vi la hora y caí en la cuenta de que en menos de una hora tenía que estar en el trabajo. Tuve que despertar de ese sueño, y volver a la realidad de que tenía que ir, si quería continuar con esta dependencia de estudiar lo que se me diera la gana, vivir solo y especialmente poder quedarme en Sina, tenía que hacerlo.

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