Capítulo 3.
En algún lugar de Europa.
Alessandro lo vio venir. Las Legiones se habían dividido el área de Europa por la cual había sido visto el vampiro, y pronto los ángeles estaban peinando el terreno. Para no llamar demasiado la atención, los seres de luz habían ocultado sus alas, para hacerse pasar como humanos. Sin embargo, por un buen rato, ninguno de los ángeles encontró alguna pista útil. Pronto amanecería, y la búsqueda habría de suspenderse hasta la noche siguiente, dadas las circunstancias. Todos sabían que, mientras más se tardaran en localizarlo, más difícil sería poder atrapar al vampiro.
Faltaba poco menos de una hora para la salida del sol cuando Alessandro sintió la presencia de un aura muy poco fuera de lo común. No era precisamente el aura clásica de un vampiro, pero sin duda, no era la de un humano ni tampoco la de un ser de luz. El ángel decidió investigar antes de solicitar refuerzos, y caminó un poco por el bosque antes de detectar a una campesina adolescente, quien se dirigía muy de madrugada a comenzar con las labores de su hogar. A esas horas era normal que hubiese humanos con deseos oscuros que intentasen atacar a las personas para robarlas o agredirlas físicamente, pero no era común que se apareciera un hombre joven, vestido con traje y con apariencia física de modelo, caminando como si nada en medio del bosque. El hombre hubiese pasado por un humano normal, de no ser porque ningún humano normal hubiese andado a esas horas y con ese atuendo en un lugar como ése. Alessandro vio al joven acercarse a la chica, sonreírle, coquetearle y, francamente, seducirla con su encanto vampírico. El ángel nunca había visto un descuido semejante en un ser de sombras, y se preguntó si no se habría equivocado de vampiro, ya que, además de todo, su aura no correspondía como tal a la de uno de estos seres. La esencia de ese ser de oscuridad era más intensa y poderosa, algo que Alessandro raras veces había visto. Era tan ardiente y oscura esa esencia que el ángel se preguntó si acaso no habría algún demonio en las cercanías.
Sin embargo, no cabía duda que ese vampiro debía ser a quién estaban buscando; uno de los datos que lo llevaron a confirmarlo fue que iba acompañado de una manada de licántropos, y según los reportes de los Buscadores, el vampiro al que perseguían había sido visto en varias ocasiones seguido por licántropos. Además, ningún otro vampiro tendría como compañeros a un grupo de seres que eran sus enemigos mortales por naturaleza. Alessandro se puso en guardia y buscó el mejor momento para lanzarse contra el vampiro y salvar a su presa. Se comunicó brevemente con su Legión, pasando el dato de las coordenadas en donde se encontraba, dejando en claro que tenían que cuidarse de la manada de licántropos.
La jovencita había caído rendida, hipnotizada ante el encanto de Neal, y éste creyó que todo había resultado muy fácil. No había nadie cerca, ningún mortal los había visto y la sangre de la jovencita lo haría recobrar rápidamente las fuerzas. Ella ya había cerrado los ojos, esperando el momento en el que Neal la besaría, y él, lentamente, fue acercándose a su cuello. Casi podía escuchar los latidos de su corazón y percibir el delicioso aroma de su sangre, cuando, a escasos milímetros de la suave piel de la niña, algo se incrustó en el hombro de Neal, algo que de inmediato comenzó a lastimarle como si le hubiesen prendido fuego. De manera casi instantánea, él soltó a la chica y ésta cayó pesadamente al suelo, recobrándose de su trance. La niña, al ver que el guapo hombre que la había abordado tenía colmillos afilados en vez de dientes, y que de su hombro derecho surgía una flecha, la cual estaba quemándolo, salió despavorida, gritando como poseída. Neal maldijo, arrancándose la flecha, la cual también le quemó la mano; él tiró la saeta al suelo y miró hacia el sitio de donde había provenido.
- No intentes hacer nada estúpido.- dijo Alessandro, tensando su arco con una flecha de platino hacia él.- Ésta va directo hasta tu corazón, y créeme que te causará peor efecto que el de una estaca.
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Alas de Libertad: Senda del Destino.
Roman d'amourCuatro almas que buscan la libertad, a través de sus actos y no de sus profecías. Una historia sobre el libre albedrío y el futuro predestinado. Tercera historia de la saga "Alas de Libertad". Dibujo de portada: Lily de Wakabayashi. Dibujos de capít...