Capítulo 24.
Terrenos del castillo de Vajk.
Podría decirse que hacía un día espléndido. El sol brillaba, ya no en lo alto pero sí todavía en un punto bastante elevado, y sus rayos herían la tierra y los árboles, otorgándoles un calor abrasador. Quizás para un humano, la temperatura hubiera podido ser excesiva, pero para el par de diablas que caminaban sobre esa caliente tierra, el tiempo no podía ser mejor. Después de andar por un rato, Adyra y Lilith llegaron a un claro en el bosque, mismo en donde la reina del Infierno hizo surgir dos sillas, altas y elegantes, hechas de piedras esculpidas, y tomó asiento en una de ellas.
- Siéntate, querida, por favor.- pidió Lilith, enseñando la otra silla a su acompañante.- No quiero que te vayas a cansar. En tu condición no sería prudente.
Sin decir nada, Adyra tomó asiento y miró fijamente a su contraparte. ¿Qué sería lo que ella querría decirle? No podía ser algo bueno, de lo contrario, Lilith no estaría ahí, ¿cierto?
- ¿Y bien?.- preguntó ella.- ¿Podrías dejar el misterio y decirme para qué me trajiste aquí?
- Por supuesto.- asintió Lilith, sonriente.- Sólo que primero quiero que me respondas una pregunta: ¿Qué es un súcubo?
- ¿Cómo?.- Adyra parpadeó.- ¿Qué es un súcubo? Es una pregunta de lo más idiota.
- Respóndeme y nada más.- la sonrisa de Lilith no disminuyó.
- Eh... .- Adyra exhaló.- Un súcubo es un demonio de tipo sexual, para fines prácticos. Mantenemos relaciones sexuales con humanos. Tenemos formas de mujeres hermosas y sensuales que resulten atractivas a los hombres. O bien, también hay súcubos masculinos, mejor conocidos como íncubos, que resultan atractivos para las mujeres.
- Muy bien.- respondió la otra diablesa.- Ahora dime otra cosa: Si dices que las súcubos mantienen relaciones carnales con los hombres (o con mujeres), ¿eso significa que este tipo de diablas pueden procrear?
- No.- negó Adyra.- Eh, más bien, un súcubo femenino no puede hacerlo, porque no es fértil. Pero uno masculino, un íncubo, puede procrear hijos con las mujeres humanas, aunque estos hijos no se desarrollarán como humanos normales, sino con una inteligencia y capacidad menores. ¿A qué viene todo esto? ¿A eso viniste, a hacerme preguntas idiotas? Eso te lo pudo haber dicho cualquier súcubo en el Infierno, bastaba con que lo preguntaras, sin necesidad de venir hasta aquí a verme.
- Claro, eso podría haber hecho, si me hubiese interesado ver a cualquier súcubo normal que no fuese capaz de procrear.- replicó Lilith, aún más sonriente.- Pero me interesaba ver y hablar a la súcubo que, hasta la fecha, sí ha sido capaz de hacerlo.
Adyra se quedó muda. Entendió perfectamente el sentido de las palabras de Lilith, quizás porque ella sabía que algo raro pasaba con su cuerpo, pero nunca creyó que... No, no era posible, ningún súcubo podía procrear, eso todos lo sabían. ¿O no?
- ¿Qué, te comió la lengua el vampiro?.- se burló Lilith.- No me digas que de verdad no tienes una idea de qué está pasando contigo.
- Es imposible que eso suceda.- replicó Adyra, algo tensa.- Ningún súcubo puede engendrar, y yo no soy la excepción. ¿Por qué podría yo...? No, no tiene ningún sentido. No es verdad lo que me tratas de insinuar, ¿cierto?
- ¿Qué cosa trato de insinuarte?.- Lilith contempló sus largas uñas color morado oscuro.- ¿Qué estás embarazada? Claro que lo estás, querida mía, y por eso estoy aquí. Supongo que tu madre nunca te puso al corriente de tu verdadera situación, ¿verdad?
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Alas de Libertad: Senda del Destino.
RomanceCuatro almas que buscan la libertad, a través de sus actos y no de sus profecías. Una historia sobre el libre albedrío y el futuro predestinado. Tercera historia de la saga "Alas de Libertad". Dibujo de portada: Lily de Wakabayashi. Dibujos de capít...