Capítulo 7.
Centro de mando del arcángel Miguel.
Alessandro estaba sentado en una de las sillas blancas que rodeaban la enorme mesa de mármol blanco, ubicada en el centro de la habitación, ese lugar en dónde sólo se reunían los Cuatro Arcángeles y los capitanes de las Legiones. Miguel se encontraba frente a él y, como ocurría cada que el ángel buscaba al arcángel en busca de consejo, la charla entre ellos parecía más el tipo de plática que tendrían un padre y su hijo, en vez de un jefe con su subordinado, pues la relación entre los dos seres de luz era muy estrecha. Miguel lucía en verdad preocupado, él tampoco esperó que el ser de sombras destinado a entrar en la vida de Alessandro fuese una diablesa tipo súcubo, un ser creado para pervertir al hombre en el terreno sexual. Alessandro no estaba muy seguro sobre qué tipo de implicaciones tendría esto en su destino, pues sobre sexo él no sabía nada, de manera que desconocía las formas en cómo Adyra podría tentarlo, ya que, como Miguel lo había dicho, ella haría de todo para librarse del poder de la Profecía. Por si eso fuera poco, había una alta probabilidad de que esa diablesa fuese compañera del vampiro al que las Legiones estaban persiguiendo. Eran dos problemas metidos en uno, y Miguel se preguntó si debía intervenir directamente para evitar un caos mayor.
- No creo que sea necesario.- había dicho Alessandro, hablando con Miguel con mucha confianza.- Nosotros nos haremos cargo. Tú estás vigilando al coronel del ejército Infernal, una labor de la que no puedes desentenderte.
- Eso lo sé perfectamente, pero no me gusta cómo pinta la situación.- reconoció el arcángel.- Sabíamos lo de tu Profecía, pero yo esperaba que ella no fuese una súcubo y que no estuviese acompañada del vampiro más peculiar al que nos hemos enfrentado. Sin duda, se trata de un asunto muy delicado que tenemos que tratar con cuidado, o se nos irá de las manos. Te diría que aprovecharas tu poder sobre ella para eliminarla, pero sé bien que no deseas acabar con su vida, Alessandro.
- No lo considero correcto.- se disculpó él.- Aunque yo tenga ese poder, no debería decidir sobre una vida que, aunque sea demoniaca, no me pertenece.
- Técnicamente hablando, sí te pertenece.- replicó Miguel.- Puedes hacer con Adyra lo que desees, incluso, matarla. Sin embargo, no puedo obligarte a hacer algo que no quieras.
- Creí que el libre albedrío era un derecho del que sólo gozan los humanos.- confesó Alessandro, sorprendido.
- El Ser Supremo, en su infinita sabiduría, ha dejado que sus creaciones sigan el rumbo de sus corazones.- explicó Miguel.- Y ni los ángeles ni arcángeles nos escapamos a esto. Somos seres creados a partir de la energía más pura, una energía que consiste básicamente en amor, ese amor del Ser Supremo que dio origen a todo lo que existe en el universo. Al ser creados de una energía así, es obvio que tendremos también un corazón, y al poseerlo, nuestros caminos van a ser llevados por él. En eso básicamente consta el libre albedrío, Alessandro. Quizás no podremos decidir en dónde vamos a vivir o a qué nos vamos a dedicar toda la vida, pues dependiendo de cómo es creado un ángel, será el trabajo que le toque realizar, pero sí tenemos la libertad de resolver algunas de nuestras decisiones más importantes. Como el saber qué vas a hacer con esta Profecía, por ejemplo. No pudiste haber hecho nada para evitarla, pero sí puedes decidir en qué forma la cumples.
Alessandro no respondió de inmediato, pues se quedó cavilando en las palabras del arcángel. ¿Qué significaba eso, realmente? ¿Qué habría más de una forma de esclavizar a Adyra, y que él podría decidir cómo hacerlo? De cualquier manera, daba lo mismo, pues él no deseaba lastimarla.
- Gracias, Miguel.- Alessandro sonrió.- Discúlpame por haberte quitado el tiempo.
- De ninguna manera.- negó Miguel, sonriendo también.- Sabes que siempre puedes acudir a mí en busca de consejo.
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Alas de Libertad: Senda del Destino.
RomansaCuatro almas que buscan la libertad, a través de sus actos y no de sus profecías. Una historia sobre el libre albedrío y el futuro predestinado. Tercera historia de la saga "Alas de Libertad". Dibujo de portada: Lily de Wakabayashi. Dibujos de capít...