Capítulo 16.
Castillo de Vajk.
Ludwig nunca había visto al duque tan decaído.
Cierto es que él era un ser por completo diferente a otros, alguien que ni en sus peores momentos había perdido su altivez, pero esto amenazaba con ser muy diferente. Ludwig no desconocía la historia de aquél al que podría llamar "amo", aunque muchos detalles de su vida personal escapaban aún al conocimiento del licántropo. Neal, en algún momento, había depositado su entera confianza en aquél, habíale contado acerca de su vida desde que se convirtió en vampiro, además de algunos trozos de su vida como humano. Eso ayudaba a Ludwig a comprender en parte el comportamiento agresivo, hermético y solitario del vampiro, aunque no estaba dentro de sus funciones el apoyarlo ni confortarlo. Aún así, el licántropo le tenía aprecio a Neal, lo suficiente como para considerarlo su "amo".
La propia vida de Ludwig no había estado exenta de eventos desafortunados. Los licántropos suelen viajar en manadas y protegerse unos a otros, pero entre todas las razas hay siempre un ser que es mucho más desgraciado, miserable y avaricioso, con demasiadas ansias de poder, que los otros, y la manada de Ludwig no se libró de esta plaga. El padre del licántropo había sido el líder del grupo, hasta que se topó con un lobo renegado que lo mató al tercer enfrentamiento que tuvieron, tomando el control total de la manada y expulsando a los hijos sobrevivientes. Ludwig fue el único lobezno que sobrevivió, jurando regresar al grupo para tomar nuevamente el puesto de líder y vengar a los suyos. Pero ni aún hecho esto, con la sangre caliente de su rival en el hocico, pudo Ludwig experimentar alivio a su rencor, y se había resignado a pasar el resto de su existencia viviendo para matar, hasta que su camino se cruzó con el del duque de Vajk y la vida le cambió. De primer momento, hizo tratos con Neal por el bien de su manada, pero conforme fueron pasando los días, los mismos licántropos se dieron cuenta que les iría mejor ayudando a un vampiro tan poderoso, y es necesario agregar que, además, Ludwig le había cobrado verdadero afecto a Neal (sentimiento que era recíproco, Ludwig estaba seguro de eso). Fue en el castillo en donde el licántropo conoció, además, a Katka, una loba que había abandonado a su manada por rebeldía, y al final Ludwig encontró en ella no sólo a una excelente guerrera sino también a una amada compañera, después de haber creído que Katka atraería la desgracia sobre la manada.
Después de todo esto, está sobrado decir que con la presencia de Adyra en el castillo de Vajk, Ludwig pudo suponer lo que sucedería, y es que no era tan secreto el hecho de que Neal se comportaba de manera diferente cuando la diablesa estaba cerca. Si bien era cierto que ella era un ser malévolo, de los más puros, su corazón (si acaso tenía uno) no tenía tanta tendencia a la maldad como habría de esperarse. Así pues, no fue raro ver que entre Neal y Adyra surgía un vínculo mucho más estrecho del que ellos admitirían jamás, pero así como Ludwig supuso esto, también supuso que eso no sería algo permanente. La súcubo había renegado de su madre y de su estirpe demoniaca real para obedecer sus impulsos rebeldes, era obvio que no iba a querer someterse a nadie, ni siquiera a un excelente amante que la trataba como una reina. Así pues, al licántropo no le sorprendió que la señora se marchara sin mirar atrás.
Tampoco era una sorpresa que Neal estuviese tan irritado. Esa rabia sorda enmascaraba, sin embargo, un sentimiento más doloroso y profundo, algo relacionado con la enorme pérdida que el duque acababa de tener. En cuanto él había recibido el mensaje de Adyra, dado por Katka, se había encerrado en sus aposentos, y se había quedado sentado en su sillón de terciopelo rojo, con una copa de sangre en las manos, mirando fijamente al horizonte. A Ludwig no le agradaba ver al duque de Vajk así, pero no podía hacer nada por corregir la situación. Sin embargo, no pudo evitar hacer un comentario arriesgado, tan desesperado se veía el vampiro por la partida de Adyra.
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Alas de Libertad: Senda del Destino.
RomanceCuatro almas que buscan la libertad, a través de sus actos y no de sus profecías. Una historia sobre el libre albedrío y el futuro predestinado. Tercera historia de la saga "Alas de Libertad". Dibujo de portada: Lily de Wakabayashi. Dibujos de capít...