Niñera Por Error

Capítulo 26. Eleanor Calder

—Agh, el silencio me mata—gruñó Perrie encendiendo la radio. Al instante un grupo de chicas comenzó a cantar igual que la rubia. Me miró y sonrió—¿Te gusta?—preguntó moviéndose al ritmo de la canción.

Me encogí de hombros.

—No sé quiénes son—dije desviando mi mirada hacia la ventana.

—¿Enserio?—parecía más ofendida que sorprendida—bueno nena, te informo que ese es un grupo en el que estoy.

Miré a Perrie sorprendida.

—Se llama Little Mix—continuó la platica—no puedo creer que no sepas quienes somos, bueno, aunque debí suponerlo ya que no te les lanzaste encima ni a mí ni a las demás chicas cuando nos conociste.

—¿Las demás chicas?—pregunté con el ceño fruncido.

—¡Claro! Jade, Jesy y Leigh-Anne, las conociste hace un tiempo ¿las recuerdas?

—Por supuesto—reí—como no recordar a las chicas que les encanta molestar a Harry.

—Si bueno—concentró su mirada nuevamente en el camino—llevamos 4 años juntas.

—Quisiera tener una amistad de tantos años—susurré.

—¿Perdón? ¿Qué has dicho?—preguntó Perrie distraídamente.

—Nada—negué.

—Bien, hemos llegado—anunció aparcando el auto en una bonita vecindad.

—Wow—dije saliendo del auto—tienes una bonita casa.

—Gracias—rió—pero la verdad no es mía, es de una amiga—tomó su bolso y comenzó a caminar hacia la entrada.

—¿De una de tu grupo?—pregunté alcanzándola.

—No—negó—necesitaba un lugar en donde no me encontrara Za...—se interrumpió ella misma y sus ojos se cristalizaron.

—Lo siento—murmuré.

Lo sé, soy un asco dando apoyo.

—Esta bien—sonrió con una de esas sonrisas rotas que se suelen dar—he de imaginar que ya sabes lo que pasó.

—Si, me lo contó un par de días atrás—acaricié su hombro—él nunca te sería infiel Perrie, lo sé.

—Si claro—rió sarcástica—y los cerdos vuelan—se giró a verme—sé que lo quieres y todo eso Cora, pero no creo ya ni una sola palabra que sale de la boca de ese patan, él me lastimó, me hirió, en lo último que quiero pensar ahora es en su cara bonita y en su diminuto pene—abrí los ojos ante la sorpresa—lo siento—bajó su mirada—se me escapó—dejó escapar una risita nerviosa y al instante yo comencé a reír.

—Lo molestaré con eso—dije secándome una lagrima.

—Bueno, mejor entremos, hace como que frío—dijo abrazándose ella misma.

Perrie abrió la puerta de entrada y una cálida sensación invadió mi cuerpo. La chimenea estaba encendida y a su lado estaba sentada una chica castaña de cabello hondulado y una grande nariz leyendo un libro con una taza de café o chocolate a su lado. Cuando se percató de nuestra presencia dejó a un lado su libro. Sonrió.

—Hola Per—saludó la chica.

—Hola Eleanor—dijo Perrie lanzando su bolso al sofá color crema de la sala de estar—ella es Cora, la niñera de los chicos.

Eleanor se me quedó mirando por un instante, como si no confiara en mí o como si no le agradara mi presencia. Sonreí tímidamente. Al instante ella hizo lo mismo.