Capítulo 32. Detenidos

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Cora

El chinegro parpadeó repetitivas veces y me miraba como la primera vez que nos conocimos.

Como si estuviera loca.

—No tengo todo el día Hood—dije cansada de esperar—¿Quieres o no?

—¿Porque haces esto?—preguntó al cabo de unos minutos—¿Te están pagando para hacerlo? ¿Te obligaron? ¿Traes una cámara para hacerme quedar como idiota?

—No Cal—negué sentándome a su lado—Vi la decepción en tus ojos cuando te enteraste que Nina era yo, bueno, en realidad no pude verla porque estabas inconsciente pero...como sea, quiero saber si soy tan mala como para ponerte así.

Calum me miró por un instante, como si estuviera intentado descifrar algo de mi, algo que ni yo misma he logrado descifrar.

—No eres mala Cora—dijo tomando mi mano—Al contrario, eres increíble. Si tuviera que elegir entre tú o Megan Fox te elegiría a ti—reí—solo que, no se, fue un poco raro enterarme que la chica la cual me flechó por un instante terminara siendo la niñera de los chicos.

—¿Nina te flechó?—pregunté levantando una ceja.

—Por favor, Nina flechó hasta a Freddy la gallina. Michael incluso quería contigo.

—¿Ya no quiere conmigo?

—No, Michael todavía quiere contigo, quiere con todo lo que se mueva—se encogió de hombros—Pero, si lo único que quieres es hacerme sentir bien por ese problema entre Nina y Calum, no tienes por que pasar por una terrible cita conmigo, después de eso yo seré quien tendrá que compensarte.

—Entonces, ¿Estamos bien?—me levanté al igual que él.

—Estamos bien—sonrió—Pero si quieres ir todavía a una cita, me dejas saber—me guiñó el ojo.

—Lo tomaré en cuenta—reí—hasta luego asiático.

—Hasta luego.

Comencé a caminar hacia la casa cuando a la lejanía pude ver una camioneta negra estacionada no muy lejos de allí. No pude divisar quien la conducía porque los cristales del automóvil estaban totalmente oscuros. Apresuré el paso intentando restarle importancia, quizás sea uno de los muchos paparazzis que suele pasar para retratar a los chicos.

—¡Ya llegué!—grité dejando a un lado mi abrigo.—¡Niall!Zayn! ¡Liam! ¿Dónde están?—fruncí el ceño—¿Dónde se habrán metido?

Miré a mi alrededor en busca de algún movimiento pero nada, pareciera como si la casa estuviera vacía, desierta, ni siquiera Lucy o Caleb parecían estar aquí.

—¡Louis!—grité—¡Enano! ¿Dónde te metiste?—subí las escaleras—Chicos vamos, esto no es gracioso—me estaba empezando a asustar. No había señal de vida. Estaba sola, de eso estoy segura, pero ¿Porque?

Liam

—¡NO! ¡LOUIS DEJA DE MATAR A JACKSON! ¡LUCY BAJA DEL TECHO, TE CAERÁS DE AHÍ! ¡CALEB NO COMAS DE ESO, ES COMIDA COCINADA POR CORA! ¡HARRY DEJA LA SECADORA ES MÍA! ¡ZAYN DEJA DE GOLPEAR A NIALL! ¡MARTÍN NO TE METAS EN LA PELEA!

¿Acaso Cora siempre se siente así?

—¡VOY A MATARTE ENANO DE IMPLANTES!—gritó Jackson.

—¿Quieres bailar? Pues ven a bailar niño bonito—dijo Louis apretando los puños.

—¡Si no se callan la señora Iacopetti llamará a la policía!—dije frustrado.

A los pocos segundos se escucharon unas alarmas y alguien tocó la puerta.

—¡Es la policía! ¡Están rodeados!

—¡SE LOS DIJE MALDITOS PERO NUNCA ME HACEN CASO! ¡VOY A MATARLOS A TODOS POR ESTO LO JURO! ¡Y DESPUÉS DE MATARLOS HARÉ UN ESTOFADO CON SUS RESTOS Y SE LO DARÉ DE ALIMENTO A LOS NIÑOS POBRES!—grité pasando las manos por mi cabello frustrado.

—Eso es cruel—regañó Harry—¿Qué alguna vez te hicieron esos niños pobres Liam?

—Liam, deberías de ver esto—dijo Zayn mirando por la ventana.

Afuera habían tres helicópteros, doce patrullas, diez caballos, dos tanques de fuerza, un submarino y como cincuenta policías armados.

—¡AUCH!—se escuchó un golpe seco—estoy bien—dijo Lucy entrando a la casa con el cabello en su rostro—hay policías afuera—informó.

Me dieron ganas de tirarla nuevamente del segundo piso.

—Si no abren la puerta entraremos a la fuerza—dijo el oficial.

Miré a los demás aterrado pidiendo ayuda.

—¡No hay nadie en casa!—gritó Niall guiñándome el ojo.

¿Y si lo mato?

—Bien, este es el plan, escaparemos por la parte trasera, saltaremos la verja hacia la casa de Iacopetti, correremos lo más que podamos a casa de los chicos, tomaremos un vuelo a Argentina y nos cambiaremos los nombres, Lucy serás Juana, Caleb Pancho, Jackson Juan, Zayn Yuya, Niall Tato, Harry Gloriana, Louis María y yo seré Luis.

—¿Porque tenemos nombres de mujeres?—preguntó Louis.

—Porque son travestis—dije—ahora muévanse—abrí la puerta de cristal trasera y cuando salimos vimos a la señora Iacopetti sentada en su balcón mirando la escena con alegría mientras comía palomitas y bebía té helado. Al vernos escupió la bebida y comenzó a gritar.

—¡VÁNDALOS! ¡SE ESCAPAN! ¡MIRENLOS SE ESCAP...!—cayó del balcón y me giré a ver a Lucy la cual le había lanzado con su zapato.

—No es como si la hubiera matado—se encogió de hombros.

—¡ESTÁN RODEADOS!—dijo un hombre del helicóptero con un alta voz—¿Permiso para disparar?—preguntó.

—¿Qué? ¿Disparar? ¡ESTÁN LOCOS! ¡TODOS CORRAN ADENTRO! ¡YA YA YA!—grité.

Subimos las escaleras hasta encerrarnos en la habitación en la que solíamos dormir.

—Quizás si no nos movemos pensarán que nos fuimos—susurró Harry.

Y es por eso damas y caballeros que no deben dejar la escuela a la corta edad de 16 años, gracias.

—¿Ya se fueron?—preguntó Caleb—es molesto estar rodeado de sudor y hormonas.

—Iré a investigar—dijo Zayn.

Se levantó y de las ventanas salieron como veinte policías. Todos traían consigo un arma. A los pocos segundos entraron por la puerta más personas, estas con escudos o con gas pimienta.

—Quedan detenidos por alteración a La Paz, por resistirse a un arresto, por intentar escapar y por poseer ilegalmente a un animal salvaje.

Miramos a Niall quien rió nervioso.

—Tengo los documentos—dijo abriendo un cajón y sacando unos papeles entregándoselos al oficial antes de soltar un grito de niña y lanzarse de nuevo a nosotros.

—Esto es un menú de niños—dijo el hombre serio.

—Dice abajo que puedo adoptar a quien yo quiera—se cruzó de brazos.

—Puedes adoptar en su página oficial a un animal virtual—se giró a sus compañeros—llévenselos y al canguro también.

Cora va a matarnos.

Niñera Por ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora