Niñera Por Error

Capítulo 10. Perrie Edwards

Abrí los ojos a medida que las voces comenzaban a escucharse más firmes.

—¡Pudiste haberla matado!—gritó Zayn.

—Pero no lo hice ¿ves?—me señaló una chica rubia de ojos azules vestida como batichica.

—Con que nos volvemos a encontrar—dije levantandome con dificultad.

—¿Disculpa?—me miró confundida la chica—¿Acaso nos conocemos?

—No te hagas la tonta—hice una mueca—no sabes lo mucho que esperé para este momento.

—Zaynie, ella me asusta, protégeme—dijo con voz de pequeña inocente escondiéndose detrás de Zayn.

—Perrie, por quinienta vez, no me llames Zaynie, se escucha cursi y bochornoso—le dijo a la chica.

—Pero soy tu novia, puedo llamarte como quiera—se cruzó de brazos haciendo puchero.

Bitch What?

¿Uno de mis bebes tiene novia y ahora yo me entero?

Esto no lo pasaré por alto.

—Con qué modelo—ella asintió y yo anoté cosas en una libreta con un bolígrafo que ni siquiera tenía tinta.

¿Acaso no se puede pedir nada decente en esta casa? Me hacen quedar como una completa incompetente frente a la chica que intento de intimidar.

—También soy bailarina, gimnasta—se levantó del sofá para poner una pierna detrás de su cabeza. Si yo hago eso quedaría como un pretzel humano—y también se cantar, actuar, cocinar y dar masajes.

La miré por un momento.

Ella no puede ser real, es decir, es demasiada perfecta para serlo. ¡Mírenla! Ojos azules, cabello rubio (aunque es sumamente notable que es teñido, pero de cualquier manera se le ve divino) una sonrisa impecable, sabe hacer de todo, es bonita, divertida, en resumen, perfecta.

—¿Ya terminaron?—preguntó Zayn pasando las manos por su rostro frustrado—la película comienza en—miró el reloj que tiene en la muñeca—¡15 minutos!—se levantó del sofá tomando a su novia de la mano y arrastrándola fuera de la sala de estar—¡Nos vemos luego Cora!—gritó antes de salir por la puerta delantera dejándome con la palabra en la boca.

—Te ves pensativa—dijo Germán sentándose a mi lado con un plato lleno de palomitas—¿Gustas?—preguntó con la boca llena.

—Claro, porque no—me encogí de hombros tomando una porción de palomitas antes de meterlas a mi boca—creo que las dejaste demasiado tiempo en el microondas—hice una mueca.

—¿Microondas?—me miró con el ceño fruncido.

—Ya sabes, donde hiciste las palomitas—señalé.

—¡Ah! No—él negó—yo las hago en el horno.

Abrí mi boca para preguntar porque pero mejor no lo hago, quizás su explicación sea algo como "Porque los chinos inventaron los microondas" o algo así.

Entonces, solo opté por asentir y meter otra palomita a mi boca.

—¡Cora!—gritó Michael mientras corría hacia mi.

Detrás de él le seguían Ashton, Luke, Liam y Louis con una manada de perros mojados detrás de ellos.

—¿Pero que...?—intenté preguntar pero los cuatro cayeron sobre mi buscando "protección"

—¡Quieren comernos!—acusó Ashton.

—De seguro les hicieron algo—dijo Germán acariciando a un perro color café chocolate—¿verdad que si Chucho? porque son buenos, claro que son buenos, son los amores de papi.

Debería de pensar seriamente en las personas que debo de idolatrar después de esto.

—¡No le hicimos nada!—chilló Louis saltando sobre Calum cuando Chucho le gruñó.

—Chucho dice que tienes un culo delicioso y que quiere probar un poco de el—dijo Germán—también dice que quiere jugar con el cabello de Ashton porque parece un nido de ratas.

—¡Hey!—gritó este ofendido—para información de Chucho, me peino una vez por semana—se cruzó de brazos dándose la vuelta.

—Dicelo a las ratas que viven en el—rió Michael recibiendo una mirada de muerte de parte de Ashton.

—Por lo menos el mío no se confunde con un Pitufo—le escupió molesto.

—Germán, saca a los perros de aquí—señalé a la puerta. Él abrió su boca para responder pero yo lo interrumpí—ahora.

—Esta bien abuela, relájate—levantó sus manos y se fue con los perros.

—Mientras que ustedes—los miré—vayan a darse un baño, apestan a perro mojado.

—Ah, si, esa es la nueva colonia que Calum y yo creamos, ¿te gusta?—Michael extendió su brazo a mi nariz ocasionado que mis fosas nasales se marchitaran.

Eso explica por qué los perros.

—Cora—escuché la voz de Niall a mis espaldas. Yo me giré a verlo, tenía una maleta y a Martín a su lado—hemos decidido que es mejor irnos, no debemos de quedarnos donde no nos quieren.

—Niall yo...

—Nada Cora, nos iremos, lejos, donde nunca puedas encontrarnos, jamás.

—Bueno—suspiré—de acuerdo, puedes irte—señalé la puerta—pero ahora no se con quien podré compartir estos cupones para el restaurante Nandos que me dieron—me encogí de hombros—oh bueno, será para otro moment....

Pero antes de que pudiera terminar Niall se abalanzó sobre mi formando un gran abrazo el cual también Martín fue parte.

—No volvamos a pelear—se separó con los ojos aguados—¿echo?—levantó su dedo meñique.

—Echo—sonreí entrelazando mi dedo con el de él—ahora, chicos, busquen sus abrigos.

—¿Porque?—preguntó Louis.

—Tenemos una cita que arruinar.

*****

Primero que todo ¡lamento haber tardado en actualizar! Es que, ya saben, la escuela, los trabajos, las asignaciones, bla, bla, bla, además de haber echo este capítulo extremadamente corto :( Pero prometo que el próximo lo haré más largo e intentaré actualizar lo mas pronto posible, dependiendo de como los maestros nos den la semana próxima.

Gracias por votar :)