CAPÍTULO 12

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Derek conduce por la ciudad sin ningún rumbo, se le nota tranquilo, de vez en cuando voltea a mirarme pero no lo suficiente como quisiera, hasta creo que me ignora. Me armo de valor para poder ofrecerle mis disculpas, dejo de jugar con mis dedos y volteo a mirarlo.

-Der...- su teléfono suena interrumpiéndome, genial.

-¿Qué? ¿Cómo pudiste dejarlo solo?, olvídalo, iré por él.

Derek cuelga la llamada y yo estoy muriéndome de curiosidad por saber a quién se refiere y quién lo llamó, pero todo eso se va cuando mi cráneo golpea la ventanilla del auto por culpa de la vuelta tan brusca que dio Derek, aumenta la velocidad, y puedo observar como mueve la palanca de cambios, haciendo que el auto vaya más rápido. Después de 10 minutos en silencio llegamos a una gran casa, es hermosa y enorme, mucho más que la mía, el jardín es una obra de arte, es simplemente como una ilusión.

-Marcus, abre la puerta- Derek deja de presionar el botón de la pequeña bocina, por la que habló.

El gran portón dorado como el oro se abre y avanzamos hasta la entrada de la casa, Derek estaciona el auto y sale disparado hacia la puerta de la casa, me imagino que su casa, salgo del auto y me siento en una pequeña fuente que se encuentra a unos metros del auto, escucho un ronroneo por mis pies e inmediatamente bajo la vista, un gato, es muy bonito, su pelaje es color blanco y negro, así que no dudo en sujetarlo y ponerlo sobre mis piernas para empezar a jugar con él.

Han pasado 20 minutos desde que llegamos y Derek no ha salido, he escuchado gritos maldiciendo y unas cuantas cosas rompiéndose pero no tengo el valor para entrar, el pequeño gato se ha quedado dormido en mis piernas y es una imagen tan linda, así que se le tomo una foto y se la envío a Scatha junto con el texto.

"Mira lo que encontré, es un gato hermoso, creo que será el nuevo novio de Pimienta"

Su respuesta llega casi enseguida

"Hannah, ese es Catrín, el gato de Derek, lo ha estado buscando, por eso está en su casa como un demente"

Mierda.

Derek sale con su teléfono en la mano, supongo que Scatha o Mike ya le dijeron que yo tengo a su gato, oh y también tiene una cara de querer matar a alguien, genial. Se acerca a paso rápido y con los puños tan apretados que las venas de sus brazos se marcan y creo que tal vez este rompiendo su teléfono.

Juro estar temblando en este mismo momento, él solo está enfrente mío, su ceño esta fruncido y sus ojos arden de furia, bajo la cabeza y puedo sentir como me quita al gato de una manera brusca, me levanto sorprendida y a la vez irritada por su actitud, él me da la espalda y empieza a caminar hacia adentro de su casa, entra y luego cierra la puerta.

Camino hacia el gran portón, le pido al empleado que abra, cuando ya estoy afuera tropiezo con alguien.

-Lo siento tanto- un pelinegro habla, observo su cara y me doy cuenta que es el chico del bar, el de los hermosos ojos esmeraldas- Eres la rubia borracha- una sonrisa crece en su rostro y puedo sentir las mejillas arder.

-Creo que soy yo- digo apenada

-¿Aún quieres mi número telefónico?- dice pícaro.

-Claro que...- no me deja terminar y empieza a escribir su número en mi antebrazo derecho con una pluma, cuando acaba me da una sonrisa.

-Llámame, rubia- me da un beso en la mejilla en forma de despedida y después se va caminando.

Siento mis mejillas arder, miro mi brazo y luego suelto una pequeña risa, pero hay algo incómodo, siento como si me vigilaran, volteo a los lados y no hay nadie, trato de ignorar esa sensación y me limito a llamar a un taxi. 




*Derek en multimedia junto a Catrín*. 

Hola preciosas, tuve un día muy ocupado y hasta ahora pude subir el capítulo, espero y les guste, les mando ¡mil abrazos!.


The Bad Boy is not a Bad BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora