Capitulo 5: Hipnosis y sexo.

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La hermosa rubia se sonrojó, cosa que a Daryl no le hizo mucha gracia. Beth le miró y dijo:
-Vamos a desayunar, cielito?
Solo con ese "cielito" había logrado que le importase una mierda lo ocurrido hacia a penas unos segundos. Se acercó a ella, la miró a los ojos y, levantándole la barbilla, le besó. Acto seguido la agarró por la cintura y la besó todavía más apasionadamente. Después, sonriendo, dijo:
-Claro, princesa.
Cuando llegaron a la cocina, le ofreció asiento como un caballero y se puso a hacer el desayuno. Dos chocolates calientes como solo él sabía hacer. Mientras desayunaban no mediaron palabra.

Recogieron las tazas, se cogieron de la mano, fueron para el cuarto y empezaron a elegir la ropa.
Daryl vio como cogía aquellos shorts que habían pertenecido a su difunta madre cuando era joven. También cogió una camisa de cuadros, una básica y unos botines negros. Estaba tan hipnotizado... Ni siquiera había cogido su ropa.
La hipnosis fue mayor cuando, la joven, comenzó a quitarse el camisón de seda, dejando su delicada piel a la vista. Él no se pudo retener, se acercó a ella y empezó a acariciar su piel, era tan suave... Entonces, ella se giró, le besó y comenzó a quitarle la ropa. Por cada prenda, los besos eran más apasionados. Cuando ambos estaban tan solo con la ropa interior, Daryl, la echó dulcemente en la cama y la besó de nuevo.
Delicadamente, le quitó el sujetador y acarició cada centímetro de su piel. Se dio la vuelta, la puso sobre él y empezó a tocar sus pechos mientras se besaban muy apasionadamente. Cada vez, notaban más la excitación, el uno del otro. Despacito, fue bajando con su mano, acariciándole. Metió la mano en su tanga, comenzó a acariciar su clítoris y, delicadamente, le metió dos dedos. Cuando lo hizo, Beth, se excitó y empezó a masturbale. Se echaron una mirada de "a la mierda, hagámoslo" y, tras esto, Daryl le arrancó el tanga y Beth a él los calzoncillos. Cuando comenzaron a hacerlo sintieron como si se transportaran a otro mundo, su mundo, en el que solo estaban los dos. Ella saltaba sobre él como si fuese el último polvo de su vida. Mientras él rozaba su piel, de repente, la agarró por la cintura y le dio una embestida. Cuando llegó al orgasmo, Beth, soltó un "¡Daryl!" tan sonoro que toda la casa debió enterarse. Tras esto ambos pararon poco a poco, agotados. Tumbó a su delicado princesa sobre la cama, la cual se mordía el labio inferior del placer que había recibido. Comenzaron a besarse lentamente y lo último que hicieron antes de vestirse fue mirarse a los ojos, regalarse un te quiero y quedarse abrazados un rato.
Daryl cogió su ropa, pantalones, camiseta corta y unas botas militares. Se vistió rápidamente. Pero, Beth, lo hacía lento y se le quedó mirando. Comenzó poniéndose los shorts, era como si fueran hechos a medida para ella. Le quedaban.... Perfectos. Luego fue la básica, la camisa y los botines. Estaba preciosa o eso creía él. Cuando más hipnotizado quedó fue cuando se cepillaba el pelo. Aquel pelo rubio como el oro, tan liso y suave... Le encantaba.
- Vente, te llevaré junto a Sophia un rato. Yo y Merle vamos a llamar para pedir el rescate, para poder devolverla ya a casa. No quiero que este a mucho más tiempo lejos de su familia.

Un Amor Complicado. (Bethyl) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora