Capítulo 8: Con el alma destrozada.

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Cuando colgaron, Carol, comenzó a llorar. No podía creer que su niña estuviese secuestrada. Ed, maldecía por lo bajo y se lamentaba mientras intentaba consolar a su aflijida esposa.
Ella fue a su cuarto, cogió una foto donde salían los tres. Era del año pasado, de sus vacaciones en Miami. Sophia llevaba su ondulada y pelirroja melena suelta, tenía un pelo tan bonito y bien cuidado... Recordaba como la miraba con sus ojitos castaños y le sonreía con sus finos labios. Nunca enseñaba los dientes, decía que eran horribles aunque todos le decían que no habían visto unos dientes tan perfectos. Llevaba el biquini rosa que tan bien le quedaba con su alto y delgado cuerpo. Estaba tan... pero tan guapa... Entonces, apareció su marido.
-Cariño, no te martirices, todo irá bien, seguro que está bien.
Los dos se abrazaron, se besaron y se miraron. Carol tenía ante ella un guapo y envejecido hombre con el pelo negro y unos envolventes ojos castaños. Ed, en cambio, tenía ante sus ojos a aquella preciosa princesa con el pelo gris y ojos azules.
Ambos leían en la mirada del otro la culpabilidad por haber dejado pasar que su hija no aparecía en casa desde hacía tanto tiempo. Por haber pensado que solo sería una de sus típicas escapadas y que terminaría por llamarles. La llamada había llegado pero la voz no era la suya...

Un Amor Complicado. (Bethyl) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora