Un Amor Complicado. (Bethyl)

Capítulo 14: Feliz cumpleaños, Bethany.

Pasaron unos meses, en los que, Beth, se envió cartas con su familia. Siempre con la misma condición: no dar datos de donde estaba su casa. Esto la hacía feliz un rato, pero no era lo mismo. Ella necesitaba abrazar a su familia. Echaba de menos esas tontas discusiones con Maggie, esa forma que tenía su padre de hacerla sentir querida, esas bromas absurdas, los desayunos deliciosos de los domingos... Todo esto lo tenía con los chicos también. Pero aunque era muy feliz con ellos... Prit, Merle y su amado Daryl no podían hacer nada para que dejara de echarlos de menos. Estaba decidida, tenía que hablar con ellos para que le dejaran pasarse a visitar a su familia, solo una tarde aunque fuese. Ya había salido otras veces pero eso no era lo mismo, se sentía encerrada de todas formas. Así que, decidida, en la hora de la comida, puso ese tonito que ponía cuando quería algo. Esta vez, dudaba que fuera a funcionarle pero siguió adelante.
-Chicos, tengo algo que pediros...
+Sí, claro, dinos cielo.
-Me gustaría salir mañana, pero esta vez más lejos.
+Claro, ¿hasta dónde?
- Hasta mi casa...
En la cara de los chicos se mostro un poco de ira pero también comprensión.
-Necesito verles. Poder abrazarle. Por favor, les echo tantísimo de menos... No diré donde estamos. Daryl vendrá conmigo y al anochecer volveremos. Como muy tarde al día siguiente. Pero, por favor, dejadme verles al menos una vez este año... Además, mañana es mi cumpleaños... Por favooor....
Aun que pareciese mentira, estaba diciendo la verdad, Daryl lo sabía. Se lo había contado al poco de conocerse, en sus esporádicas charlas.
-Es cierto, chicos.... Yo... Digo que sí.... Yo le acompañaré y todo saldrá bien...
Merle miró a Prit y ambos asintieron, no muy convencidos.
-Está bien, hermanito. Pero si algo sale mal recuerda lo que tienes que hacer.
+Ya... Tranquilo... Todo irá bien, y si algo pasara me acordaré de hacerlo, relájate.
Los dos enamorados se miraron, complices. Beth tenía esa sonrisa que solo sacaba cuando estaban solos hablando y dándose mimos.
La joven estaba impaciente, ya había preparado todo, una mochilita con algo de comida y bebida, el camino era largo; y unos pijamas, por si acaso. Después cogió los shorts, una camiseta con la que enseñaba el ombligo, aquellas converse medio rotas, y lo puso todo sobre la sillita del cuarto. Después de esto, volvió a la rutina, se puso su delicado camisón de seda y se metió en cama, donde la esperaba Daryl. Los jovenes se miraron y el muchacho se hundió en la mirada de la delicada muchacha, su novia. Vio en aquellos ojos verdes una felicidad indescriptible, como la que veía cada vez que estaban solos hablando o haciendo sus cosas juntos.
Él no lo sabía pero, en la casa de la joven recibirían en inesperada sorpresa.