36: Lorcan Scamander.

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Maratón 2/3.


¡Un nuevo capítulo apareció! ―anunció McGonagall muy feliz, después de que todos los alumnos se sentaran en el comedor y terminaran de desayunar.

El desorden era insoportable, cuando lograron tranquilizar a los jóvenes, el libro fue pasado a Rolf, que sin chistar comenzó con la lectura.

Mierda, chicos gruñó Teddy―. Miren quienes nos miran.

― ¿Por qué no empieza con alguien nuevo presentándose? ―preguntó Sirius.

―No lo sé, sigamos con la lectura a ver ―le cortó Remus.

Tiene que ser una jodida broma gritó Fred, mientras se volteaba con el resto de sus primos.

― ¿Por qué estos niños tienen que ser tan mal hablados? ―chilló Molly.

Todos los Weasley, incluyendo a Victorie, Molly, William y Teddy se acercaron a donde estaban los adultos de la familia.

―Oh, oh ―dijeron los gemelos, interesados en saber que ocurriría a continuación.

¿Se divierten chicos? preguntó Fleur, tranquilamente.

―Esta mujer ―bufó Bill, molesto―. ¿Cómo puede estar tranquila?

Sí, maman, hasta ahora todo esta excelente le respondió Dominique, tan tranquila como si no hubiese hecho absolutamente nada malo―. ¿Has probado el cóctel? Está exquisito.

―El pobre de Bill morirá de un infarto ―le susurró Tonks a Moody, quien asintió.

Me alegra que se estén divirtiendo aseguró la francesa, sonriendo―. No he tenido la oportunidad de probarlo, dulzura.

―Fleur será buena madre ―afirmó Harry, ganándose malas miradas de Ginny, Molly y Bill.

¡YA BASTA! gritó Bill.

Dumbledore, Remus, Kingsley y Arthur negaron, ellos eran hombres tranquilos.

Todos, incluyéndolos a ustedes, cinco ángeles apuntó a los cinco mayores, que no eran responsables―. ¡Fuera!

Sin dudarlo, los diecinueve salieron sin chistar.

―Mierda, diecinueve chicos ―susurró Draco.

―Cinco de ellos son mis hijos ―murmuró Aries―. No te atrevas a regañarlos, William ―le amenazó la pelinegra―, o te patearé el trasero.

¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? gruñó Ginny, sin especificar nada, lo preguntó todo.

La pelirroja sonrió con altanería.

Lo lamento-chilló Rose, sin dudarlo.

―Esa es mi Rosie ―afirmó Ron.

Nos escapamos, sabemos hacerlo. Ayudamos a los que no lo saben hacer explicó Fred.

Angelina suspiró fuertemente.

Esperamos que se durmieran, es la fiesta de nuestros mejores amigos, todos adoramos a los Scamander.

✓ | Lo que vendrá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora