41: Hugo Weasley.

3.1K 158 44
                                    


Maratón 4/4.



Hugo Weasley ―leyó Arthur Weasley, sin ocultar una sonrisa orgullosa.

Con ustedes el menor de los Weasley-Granger. Si, hermano de Rose. E hijo de Ronald y Hermione.

¿Cómo andan por ahí, pasado? Mis padrinos son Ginny y Harry. Pero mi tío favorito es tío Percy.

― ¿Percy? ―preguntaron todos los hermanos Weasley y los más allegados al unísono.

Sé que les parecerá extraño pero es mi tío favorito porque nos gusta leer y estudiar a ambos. Y con eso les digo que soy igual que mamá. A pesar que físicamente soy un Weasley pero con rasgos característicos de los Granger, psicológicamente soy igual a mamá.

―Ahora lo entiendo todo ―dijo Ron, negando con la cabeza―. Mis dos hijos son unos cerebritos.

― ¿Qué tiene esto de malo? ―Le preguntó, irónicamente, Hermione―. Si son inteligentes, significa que conseguirán tener un buen futuro en base a la constancia y al buen trabajo. Y, a pesar de ser inteligentes, saben cómo divertirse también ―bramó, seriamente―. Si no sabes apreciar estas cosas, no entiendo como terminaremos juntos.

―En eso tiene razón la sangre sucia ―aportó Draco y su madre le dio un golpe――. Auch, ¿por qué el golpe, madre?

―Vocabulario, Draco Malfoy ―le prendió.

―Lo lamento ―se disculpó, avergonzado, para después rectificar―. Quiero decir, Granger tiene toda la razón ―corrigió, ante la mirada severa de su madre.

Y quiero decir que estoy muy orgulloso de eso. Y también es por esto que odio a papá. Él no quería que fuese como mamá ni que me acercara a Percy, y yo no quise hacerle caso... así que desde entonces lo odio. Y solo quiero a mamá y a Rose.

― ¡Te lo prohíbo, Ronald Weasley! ―Exclamó la señora Weasley, gritando y roja de coraje―. te prohíbo que hagas una cosa así. ¿Me entendiste?

―Sí, mamá ―murmuró, rojo de la vergüenza, el mencionado.

Dejando de lado esto.... Yo soy ¡EL GRAN ZETA! Yas, he sido mencionado anteriormente. Es por mi segundo nombres; Zackary.

Y tengo novia, mi linda Liv.

―Luna, somos consuegras ―se rió Hermione, feliz de que su hijo lo fuera a pesar de tener un padre como el que tiene.

―¡Hola consuegros! ―saludó con risa Rolf Scamander.

Si, después de meses lo aceptó y ahora salimos juntos. Soy el menor del clan Weasley, tengo trece años. Y Liv es de mi mismo año. Somos unos niños, como dice la abuela, pero nos queremos. Por último, soy muy bueno en el ajedrez mágico y me encanta la fotografía. Siempre llevo la cámara conmigo.

¡Adiós, pasado! ¡Que vivan los tejones!


### RECUERDO ###

Hugo se paseaba por la Madriguera, evitando a su padre. No quería verle. No quería que le gritase. No quería que le echase en cara que es un cerebrito. Él odiaba los gritos y que le gritasen, pero su padre siempre lo hacía. Tenía fobia a los gritos, la había desarrollado después de escuchar, durante años, los gritos de Ronald. Y le echara en cara que solo era bueno para los libros. Eso hacía que odiase a su padre.

Hugo dijo su abuela en verle―. ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?

Si mintió, mirando al suelo―. Solo no quiero ver a padre.

¿Sigue con lo mismo de siempre? Preguntó y no respondió, lo que hizo que fuera afirmativo―. Hablaré con él, no entiendo porque es así.

Creo que no aceptó que fuese un tejón y que sea igual que mamá. Que solo me parezca físicamente a él no le es suficiente.

Tu padre siempre ha sido muy idiota, cariño le dijo, con dulzura, a su pequeño nieto―. Y siempre lo será.

Horas más tarde, la cosa fue a peor. Hugo terminó llorando y Dominique junto a Cissy consolándole. Su padre le había pegado y le había dicho que no era su hijo, que era hijo de Percy.

― ¿Cómo te atreviste a tocar a mi hijo, Weasley? ―Espetó con furia, antes de darle una bofetada que le dejaría marca en su mejilla―. Le tocas, le pones un dedo encima y yo te pido el divorcio y te quedas sin nada, maldita sea.

―Granger ―murmuró Aries, que llevaba un rato sentada junto a Charlie, de nuevo―. Tranquilízate, respira hondo y piensa bien lo que estás diciendo, chica.

―Estúpida Black ―siseó―. ¡No te metas!

Aries explotó. Estaba harta de esa chica tan idiota, que se creía la mejor. No le importaba ganarse enemigos, ya los tenía solo por su apellido.

― ¡A mí me respetas, tonta sangre sucia! ―bramó, con ira y enfado―. ¡A una Black se le tiene respeto! ¿Escuchaste? ―el enfado de la joven crecía por segundos y sus ojos, ahora negros tan oscuros como los de Bellatrix, así como su cabello empezó a rizarse y a oscurecerse como el de su tía... Con esa imagen, daba realmente miedo―. Te vuelves a meter conmigo, cuando esta vez no he hecho nada, y las torturas de mi tía a mi lado serán de pacotilla. ¿COMPRENDISTE, INSUFRIBLE SANGRE SUCIA?

―Aries... ―susurró Charlie, tocando la espalda de su novia―. No grites, relájate...

la abrazó por los brazos y se la llevó fuera del Gran Comedor, para que se tranquilizase. 

✓ | Lo que vendrá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora