...... 7 de diciembre ......
A las 3:00 de la madrugada, Leslie empacaba la ropa que se iba a llevar, mientras yo, no paraba de escribir en la computadora, uno de mis artículos. El sonido de la cafetera, me molestaba.
-LESLIE, APAGA LA HORNILLA -Probablemente nuestros vecinos se despertarían por mi grito, pero no me importó.
-YA VOY -Me devolvió el grito pero más intenso.
Yo estaba en la sala, en uno de los sillones con mi laptop. Cuando miré hacia la cocina, vi a mi hermano hecho un huracán. Tenía el cabello alborotado, la barba estaba afeitada de un lado pero del otro no, la ropa la tenía mal puesta, y por último tenía unas gran ojeras, en fin, parecia un muerto.
-Que mal aspecto tienes -Comenté.
-Lo sé -El suspiró de frustración al final. Guardé en la memoria de la laptop el artículo que estaba escribiendo, la cerré y dejé en la mesa que había en el centro de la sala. Me paré y fui a la cocina.
-¿Quieres que te ayude? -Le pregunté, ya estando en la cocina.
-¿Harías eso por mí? -Puso la taza de café en el fregadero y me miró con cara de niño en problemas. Muchas veces, Leslie ponía caras de niñito.
-Sólo esta vez.
-Gracias -Me abrazó todo emocionado-. Te amo.
-Suéltame o me retractaré de ayudarte.
Cuando entré a la habitación de mi hermano, sentí que la gravedad disminuía y me quedaba sin oxígeno. Por lo general, Leslie era muy pulcro y ordenado. Pero en estos instantes, su habitación era un desastre, como si un adolescente con hormonas alborotadas hubiera pasado por allí. O sea, había una camisa encima de una de las bombillas de la habitación, un boxers sobre el televisor y un montón de cosas más en el suelo.
-Voy a llorar -Dijo tirándose en su cama-. No voy a sobrevivir. No llegaré a tiempo al aeropuerto, perderé mi vuelo y me despedirán - Comenzó a lloriquear mientras yo revisaba su maleta, para ver qué cosas había metido.
Después de 2 horas, una escoba y varios golpes, para que Leslie dejará de flojear, logramos terminar de hacer la maleta y arreglar su habitación.
-Eres la mejor, te amo -Leslie no paraba de halagarme.
-Si, si. Deja de hacerte el tonto, que se te hace tarde -Le informé saliendo de la habitación para ir a la sala-. Tu avión sale a las 6:15 y son las 5:48.
-¿¡Qué!? -Salió corriendo a la sala para ver el reloj-. Tengo que irme. Vamos, levanta tu trasero del sillón -Me ordenó.
-¿Disculpa? ¿por qué tengo que ir, si eres tú el que te vas de viaje?
-Porque tu tienes que llevarte el carro.
-Buen punto -Susurré.
Después de unos benditos 17 minutos, ya que mi hermano estaba siendo un peligro conduciendo, llegamos al aeropuerto.
-Tierra, te amo tierra -Salí mareada del auto-. ¿Estás locos? casi nos matas.
-Lo que digas, vamos que voy a perder mi avión por tu culpa.
-Mas nunca te ayudo, malagradecido -Le saqué la lengua.
Cuando entramos al aeropuerto, me sorprendí por el hecho de que había muchas personas, el vuelo de mi hermano era a las 6:15 y faltaban 7 minutos para que partiera. Cerca de donde estaban los rayos x y la seguridad, mi hermano decidió despedirse lo más rápido que pudo.
-Te quiero, cuida la casa -Me abrazó-. Nos vemos luego -Después de decir eso se fue corriendo. Levanté la mano para despedirme, pero él ya se había ido.
-Nos vemos luego -Susurré a los cuatro vientos.
Fui a unos de los puestos de comida del aeropuerto y compré unos emparedados. El lugar estaba frío, muy frío. En eso, cuando comía y miraba por los ventanales la pista de aterrizaje, sonó mi teléfono. Contesté.
-¿Hola?
-Hola -Escuché la voz de un hombre a otro lado de la línea-. ¿Eres la chica con que intercambié las bolsas? -su voz era gruesa me recordó a Dante, era parecida, pero no la misma.
-Si -Afirmé-. ¿Tienes mi libro?
-Si.
-Genial -Eso era bueno-. Sabes, ahorita estoy fuera de la ciudad, pero más tarde pondríamos encontrarnos y... -Me interrumpió.
-Ese será imposible, yo no estoy en la ciudad, no soy de allá. Estoy fuera del país, en Escocia -QUE... NO PUEDE SER-. Tal vez, podrías enviarlo por courier internacional?.
-Yo... lo siento, pero eso es muy costoso - Escucha, te parecerá extraño, pero por cosas de trabajo yo iré a Escocia este domingo, quizás pudiéramos encontrarnos y hacer el intercambio.
-Bueno, está bien. Lo siento, pero me temo, que tendré que colgar -Me avisó.
-Espera, ¿Cuál es tu nombre? -Pregunté.
- Ruper, me llamo Rupper -Respondió-. Si me disculpa, debo colgar... Adiós.
Y, colgó. La verdad es que no entendía qué pasaba pero ya eran dos las circunstancias que me conducían a Escocia estas navidades.
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Un amor de Invierno
RomanceUn invierno, en navidad y dentro de una ciudad. Un accidente, en un centro comercial. Conoce a Bannen, una chica que pasara alrededor de 31 días de diciembre, para conocer al hombre con el cual amara con toda su alma. ¿Así que dices? ¿...