13. Lindo Escocés

396 28 0
                                    

...... 13 de diciembre ......

Estaba eufórica, con los nervios en la cabeza, tirada en mi cama, con las maletas ya listas. Me iba hoy. Ya todo estaba listo. Había revisado 3 veces que todo estuviera bien. Y, ahora me sentía impotente. Son las 4:08 am y lo único que escuchaba era mi respiración.

Dante me dijo que vendría por mí a las 6:00 am, que nuestro vuelo era a la 6:50 am. También me había dicho que la diferencia de horas con Escocia era de 6 horas. Que me alistara los más temprano que pudiera. Y, eso fue lo que hice. Me alisté lo más temprano que pude. Todavía sentía las emociones de ayer.  Me sentía impotente, por no hacer nada por la brecha que se había formado entre mi ex-mejor amigo y yo.

La realidad, era que estaba muy sentida por todo. Y, que no quería quedarme dormida y perder mi vuelo.

Pero al parecer, fue inevitable. Me quede dormida. Y, lo peor de todo, era que eran las 7:24 am.

Marqué el teléfono de Dante.

-Buenos días -Bostezo al final.

-¿DANTE, DONDE RAYOS ESTAS? -Pregunté sobresaltada.

-Eh... -Dante parecía estar desconcertado-. Ah. Ya. Tranquila, no te preocupes, salimos mas tarde. Perdona, se me olvido avisarte, salimos al mediodía.

-¿Es en serio?

-Si, es que al avión privado de la revista, lo están revisando y poniéndole gasolina -Suspiré.

-Bueno, ¿Cuándo vendrás a buscarme?

-En 20 minutos, señorita Bannen.

-¿Ahora?

-Si. ¿Algún problema, señorita Bannen?

Tomé mi maleta y salí de mi habitación.

-No, nos vemos en 20 minutos.

-Okay -Y, Dante colgó.

La sala estaba fría. En la cocina me esperaba una taza de café que había preparado ayer. La puse en el microondas y esperé a que estuviera lista.

La mañana en la ciudad parecía tranquila desde mis ventanales. De cierta forma, irme de viaje hoy sería nostálgico, yo me iba y Leslie llegaría 2 horas mas tarde.

-¿Cómo está, señorita Bannen? -Dante me preguntó, mientras yo entraba al auto.

-Tal vez, nerviosa.

-Es normal.

-Pues, me alegra que eso sea normal -Sonreí.

Cuando llegamos al aeropuerto, el chofer de Dante nos ayudó. Dante, sin duda, era europeo, tenía la pinta, y además, su forma tan arrogante de ser. El era genial. Era un niño arrogante, pero aun asi seguía siendo un niño.

Después, de unas horas, logramos montarnos en el avión. En todo ese tiempo, Dante no paró de hablar sobre a donde tenía pensado llevarme.

-Le prometo que le gustará Escocia, señorita bannen.

Lo miré, sonreí y volteé mi cara para ver por la ventanilla del avión.

En todo el viaje, me di cuenta que Dante no despegaba su mirada de mí. De cierta forma me gustaba que sus ojos azules se fijaran en mí.

Cuando llegamos a Escocia, allí eran las 12:38 de la noche, Dante estaba totalmente dormido y yo estaba casi en el quinto sueño, todo dentro del avión era fresco. Esperaba, que en este viajes negocios, todo saliera bien, y que pudiera recuperar el regalo de mi hermano.

Un amor de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora