17. Tierna

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La emoción de estar de viaje, invadía mi mente; mucho más cuando supe que iríamos a Braemar. Siempre he querido ir a esquiar, y por fin, tendría la oportunidad. El día anterior le había dicho a Dante, que nunca había ido a esquiar y que me gustaría poder hacerlo, por lo que a Dante se le ocurrió la maravillosa idea de hacer este viaje. Y yo, estaba muy emocionada. Cuando salimos de la capital, la carretera dejó de tener nieve, para mostrar paisajes hermosos, verdes y vivos. Las montañas eran hermosas. Teníamos abierta las ventanas del BMW X5 (Foto en multimedia) y el aire frío me daba a la cara.

-¿Alguna vez has esquiado? -Pregunté a Dante.

-Si, cuando era niño, casi todas los fin de semanas, iba a esquiar -Respondió Dante que estaba conduciendo.

-¿Cuándo fue la última vez que viniste a esquiar? -Cerré un poco la ventana.

-Hace 5 años -Río al final.

-Wow, eso fue hace mucho tiempo.

Según lo que sabía de Braemar, era un pueblo con varias montañas, que a unos kilómetros más tenía otras montañas llenas de nieve. Cuando llegamos al pueblo, Dante paró justo delante de un hotel hacienda, yo me baje y tome mi bolso. Cuando entramos, Dante fue directo a la recepción pidiendo las llaves de la habitación que había alquilado.

-Eh... -Dante se acercó a mí-. Todos las habitaciones estan ocupadas, y solo les queda una, así tendremos que compartirla, eso no le importa ¿verdad?

-No, no importa.

-Okay -Sonrió.

Después de almorzar en el pueblo, nos llevamos los equipos para esquiar y nos pusimos en marcha a las montañas.

En algún momento, pasamos de un clima cálido, a ver nieve por todas partes.

No sabía esquiar, pero Dante me enseñó ese día. Me sentí como si volara. Fue una experiencia inolvidable. Me caí varias veces.

Como a las 7:30 de la noche, nos fuimos. Cuando llegamos al motel, Dante y yo no parabamos de reirnos, mientras recordábamos todas las locuras que hicimos en la montaña.

-Señorita Bannen.

-¿Si? -Entramos a la habitación.

-Usted es muy linda, es... -Se quedó pensativo por unos minutos-. Tierna.

Yo me sonroje.

-Gracias.

Un amor de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora