31. Señorita Bannen, me he enamorado de usted

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.... 31 de diciembre ....

   La llamada de Christina fue lo que me despertó. Desde mi habitación escuchaba los sonidos de las ollas y sartenes chocaban entre sí. Salí de mi cuarto y caminé hasta la cocina. Leslie tenía puesto un delantal encima de su pijama, se encontraba batiendo un mezcla. Cuando me vio sonrió y yo me dirigí hacia la mesa, donde me esperaba un café y pan tostado.

-Christina llamó, dijo que a las 11:30 am, estará aquí -le informé a Leslie.

-Está bien. Ya estoy cocinando el lomo de cerdo.

   Miré el reloj de la cocina para darme cuenta que sólo faltaban 15  minutos para que ella llegara.

-¿Lomo de cerdo?

-Sí, Christina me lo pidió ayer.

-Mmm... Interesante, alguien te puso a trabajar.

-Tampoco soy tan vagabundo.

-No. -Me hice la incrédula.

-Ay -exclamó-. Solo cállate.

-Con mucho gusto.

   Después de terminar mi desayuno, Christina llegó, es decir, llegó con el squad (Escuadrón) navideño, o es que ustedes creían que yo iba a ponerme a trabajar preparando mi hogar para que fuera invadido por desconocidos amigos de Christina, noooo, yo dejé muy claro que dejaría que ella hiciera la fiesta aqui, sin que yo tuviera que hacer más nada.

Abrí la puerta para ser atacada por un abrazo de Christina.

-HOLAAA -me abrazó como si no hubiera un mañana, y yo por mi parte, forcejeaba para que dejara de abrazarme, mientras que los demás pasaban al apartamento como si esta fuera su casa, entre ellos estaba Omar, Martin, Jessica, David y otras dos personas.

-Suéltame. -No me gustaban los abrazos de Christina, eran muy, pero muy pegajosos.

-Esta bien -me soltó, haciendo un puchero-. Mala. LESLIE. Tu hermana me está maltratando. -Comenzó a adentrarse al apartamento.

Los chicos dejaron un montón de bolsas en los muebles de la sala. David estaba en la cocina comenzando a ayudar a mi hermano con la comida. Omar estaba haciendo un boceto de lo que quería hacer con mi apartamento. Christina charlaba con Leslie. Martin y Jessica, mientras contemplaban la vista que tenía mi apartamento al mar de Vancouver por los ventanales. Y, los otro dos tipos discutían con Omar sobre qué iban hacer.

-Wow, ¿No te da miedo que se rompan estos ventanales? -me preguntó Martin cuando me acerqué.

-¿Y, a ti no te da miedo que tu nombre sea igual que mi apellido?

-Ja, no me da risa, Bannen.

-Pues a mí sí -Lo miré con una sonrisa.

   Caminé hacia la cocina.

-BAAN -gritó Christina.

-¿Qué quieres?

-Mira... Será que... Puedes ir al super por esto -Me dio una lista de cosas que necesitaban. -La miré con una cara de ¨¿Enserio?¨.

   Leslie se nos acercó.

-Anda, no te haría mal salir -Comentó mi hermano.

-Tonto -susurré -. Está bien, pero... No lo hago por ustedes, sino porque el pobre de David no tiene que cocinar. -Lo miré, y él me estaba sonriendo.

-Okay. Yo te acompaño -Dijo Christina.

-Yo igual -Mencionó David-. Necesito escoger las verduras.

Un amor de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora