Alguna gente nace teniendo que afrontar la vida sola;Eso no es bueno ni malo, simplemente es la vida.
Sentí como alguien me cargaba, pero estaba demasiado cansada y débil como para abrir los ojos y ver quien era aquella persona ¿Porque sentía como si estuviera volando? Me estremecí por el frio, el viento hacia volar mi cabello... traté de acurrucarme pero el movimiento me hizo tener más frío...trataba de abrir los ojos pero era inútil, me pesaban demasiado. "No te esfuerces, tranquila" dijo una hermosa voz, era como escuchar a los ángeles. Después de eso... me relajé. Y me dejé caer en un sueño.
Abrí los ojos poco a poco, ya no tenía frio, es más estaba cómoda... me moví un poco y me di cuenta que estaba en una cama, eso me hizo reaccionar y abrirlos de golpe ¿Dónde estaba?
Edward: ¿Confundida?
Busque aquella voz con la mirada y cuando la encontré no podía creerlo, ¿Qué hacia Edward Cullen delante de mí? Es más ¿Qué hacía yo con el en... su casa? Tragué grueso cuando me di cuenta de la situación, el era el que me había cargado. El rió.
Tu:¿Cuál es el chiste? -Pregunte seria mirándolo fijamente. Sus ojos eran... interesantes.
Edward: Tus pensamientos -Dijo como si fuera lo más normal del mundo. Entonces lo recordé, el podía leer mis pensamientos. Jacob me lo había dicho una vez.
Tu: ¡Sal de mi cabeza ahora! -Le ordené enojada. El solo me miraba divertido.
Edward: Créeme que no lo hago a propósito... ¿Te pareces mucho a tu amigo, sabes? A Jacob, odia que me meta en su cabeza. Aunque debo admitir, que he descubierto cosas interesantes con los dos.
Tu: Basta ya -Dije parándome de la cama -Debo irme.
Edward: ¿Te vas sola?
Me di cuenta que no sabría como llegar a la reserva, hice una mueca.
Tu: ¿Po...podrías llevarme?
Edward: Lo haré, pero más tarde... antes tendrás que comer algo. Estas muy débil.
En eso tenía razón, mi estomago rugía y creo que me desmayaría de nuevo si no comía algo ahora.
Edward: Ven vamos abajo.
Al oír eso retrocedí, estaba en una casa llena de vampiros, por alguna razón desconocida Edward no me daba miedo... Pero bajar y encontrarme con los demás me aterraba. Escuchó mis pensamientos y me habló.
Edward: No te lastimarán ___. Creo que sabes bien que somos vegetarianos.
Tu: No lo se...
Edward: Vamos, además solo están Carlise, creo que lo conoces - asentí ¿Quién no conocía al doctor Cullen? - y Esme, los demás estan en el instituto.
Tu: ¿Por qué tu no estas allí también?
Edward: Te lo explicaré todo en la cocina. ¿O no quieres comer?
Tu: Rayos de acuerdo. -Si Jake se enterara de donde estoy, me mataría, pensé. Escuché una risita... Edward.
Tu: Edward. - Le regañé.
Edward: Lo siento. -Dijo aguantando la risa, solo rodé los ojos.
Al llegar a la cocina me sorprendí, pues, La Cocina, literal La Cocina... era enorme, toda esta casa era increíble... cada cuarto de aquí podría ser la mitad de toda mi casa.
Mientras miraba el lugar embobada una mujer hermosa de ojos dorados, también de cabellos castaños y sedosos, se acercó a mi y me abrazó... Estaba helada y rígida, supe entonces que era Esme, pero curiosamente... no le tuve miedo.
Esme: Qué bueno que ya despertaste cariño, te preparé un almuerzo. Espero que te guste.
Tu: Este... gracias - Me dio una acogedora sonrisa. La cual le devolví.
Esme: Siéntete como en tu casa cariño. - Al terminar de decir eso, me dio un último abrazo y salió de la gran cocina.
Miré a Edward impresionada. ¿Qué había sido todo aquello? Aquella mujer me hablaba como si me conociera.
Mientras comía mi delicioso almuerzo Edward me acompañaba, hablamos de muchas cosas, me contó que iba hacia el colegio cuando escuchó mis pensamientos, al recordarlos la cara se le tensó y su expresión era de sufrimiento... pude entender que el sentía mi dolor, lo podía sentir. También me conto de su vida anterior, de cómo se convirtió, de cuando conoció a Bella y supo que ella era su razón para vivir, de todo el sufrimiento y la agonía que pasó cuando estuvo lejos de ella.
Tu: Has vivido tanto, me siento tan pequeña... - El rio amargamente, me extrañó eso en el, siempre sonreía divertido, una divertida sonrisa torcida.
Edward: No te creas ___. Para tener dieciséis años has vivido cosas que aun no tendrías que vivir, deberías estar disfrutando de la vida y no sufriendo.
Tu: Es la vida que me tocó. -Dije seca pero resignada.
Edward: No es justo.
Tu: No siempre es justa.
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Haz de mi corazón un lugar mejor. [Editando]
FanfictionPor más que les ordenaba a mis piernas que pararan de caminar estas no me hacían caso. Ellas seguían andando, parecían solo escuchar a mi corazón o al poco corazón que aún me quedaba. Estaba tan dañado que hasta yo misma dudaba de que tuviera uno, d...