Cap.29 (parte 1)

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¿De qué sirve pedir perdón cuando no hay manera de reparar lo que hiciste mal?

Tu: No me hagas nada, por favor -Dije temblando. Su expresión cambio de una furiosa a una relajada.

Me miró como si no me conociera, lo más extraño era que yo no lo conocía el. Este no era mi padre, no lo era. Su rostro, mirándole fijamente, era el mismo... pero a simple vista era el ser más hermoso que había visto, pues claro todos los vampiros lo eran, eran... Perfectos. Era pálido y lúcido, sus ojos eran dorados, pero tenían un toque rojizo, no eran como los de los Cullen, eran más oscuros, como naranjas.

Parecía que se había quitado cinco años de encima, se veía tan diferente...

Robert: Jamás te haría daño. -Me quiso acariciar la mejilla pero me alejé, le tenía pánico -No me tengas miedo hija.

Tu: Tú no eres mi papá -Murmuré de nuevo.

Su boca se abrió levemente, podía ver que estaba impresionado, como también podía ver como yo había cambiado, tal vez estaba buscando a la niña que fui antes, tal vez buscaba algo que no fuera odio en mi mirada o miedo. Pero había un problema, la niña de antes había muerto, al igual que mi amor por él.

Robert: ¿Qué dices ___? Mírame, volví, esperé mucho tiempo para esto. Han pasado...

Tu: Tres malditos años -Le interrumpí, mirándolo acusadoramente -Yo sé muy bien cuanto tiempo ha pasado.

Robert: Sé que estas confundida, no soy el mismo... También sé que sabes lo que soy, tienes unos amigos interesantes -Hizo una mueca de asco -Jamás imagine que los Black...

Tu: ¡No te atrevas a hablar mal de Jacob! ¡Ni de ninguno de mis amigos!

El me miró negando... Sin creer que le estuviera gritando de aquella forma, si tres años antes me fueran dicho que pelearía así con el no me lo habría creído porque no había más perfecta relación de padre e hija como la que teníamos Robert y yo.

Robert: Hija entra en razón, no puedes ser amiga de licántropos es... Peligroso, son bestias. Te lo digo porque soy tu padre, por dios ___. Hemos estado separados tres años. Lo único que quiero es abrazarte ¿Por qué me tratas así?

Tu: Eres un... ¿Cómo te atreves? Es decir ¿Cómo pudiste dejarme así? ¿Cómo fuiste capaz de dejarnos sin una explicación? ¡Me dejaste sola! -Le grité.

Robert: Estabas con tu mamá.

Tu: Por eso mismo, me dejaste con la peor.

Robert: Yo... Te dejé con tu mamá. No sabía que te iba a doler tanto.

Tu: Sabías el daño que me iba a dejar tu partida, lo sabías y lo hiciste igual eso no tiene perdón, además... Hubiera preferido quedarme sola, que con ella.

El me miró con el ceño fruncido, pero que podía esperar yo, obviamente el no sabía que había pasado conmigo todos estos años. No se lo imaginaba.

Robert: Me siento una basura.

Tu: Es que eres una basura, siéntete así. - Le expresé con dolor.

Robert: Perdóname ___ yo... Puedo explicarte.

Hace tres años que estaba esperando esto. Desde que se fue lo único que he querido es que volviera a mi vida. Que regresara, me pidiera perdón por haberme abandonado y todo fuera como antes. Pero recién ahora me daba cuenta que eso no importaba, que un simple perdón no iba a compensar tres años de abandono. Un simple "perdón" no puede borrar el dolor

Tu: ¡No! No quiero ¡Aléjate! ¿Qué no ves? Te tengo terror, tengo miedo de ti, de lo que eres ahora.

Vi dolor en su mirada, parecía más pálido de lo normal, pero no me importó, aunque en mi pecho la presión de dolor que tenía era casi insoportable, no podía permitir que me conmoviera, quería que se sintiera mal, quería lastimarlo, hacerle daño.

Quería quitarme este dolor de alguna manera y agredirlo fue la mejor idea que encontré en ese momento.

Robert: ¡No me hables asi! Soy tu padre, tú.... Tu no entiendes -Al decir esto me tomó de ambos brazos zarandeándome con fuerza. Pero a pesar del miedo que tenía le pude responder

Tu: Lo único que entiendo es que eres un asesino ahora, me das asco. Y puedes decirme hija todo lo que quieras pero yo... Yo deje de ser tu hija el día que te fuistes por la puerta de mi casa. Eras la persona... Que mas amaba en este mundo papá, y me abandonaste... Me abandonaste para convertirte en esta porquería.

Bajó la mirada y su frente se arrugó. Ni siquiera vi cuando alzo su mano azotándola contra mi mejilla dándome una fría cachetad, que de lo fuerte que había sido caí al suelo. Me quedé en silencio tocándome la mejilla hasta esperar que dijera algo pero no lo hizo.

Tu: ¿Qué me vas a hacer?

Robert: Nada... Por ahora -Su expresión había cambiado, parecía otro al que hace un minuto me había pedido perdón, en su mirada había algo que me ponía los pelos de punta.










Haz de mi corazón un lugar mejor. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora