Cap.4 (parte 2)

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...

    Jacob le dio un beso en la comisura de los labios y se dio la vuelta para empezar a caminar hacia algún lugar, no me había mirado en ningún momento, si hasta entonces había estado destrozada, en este momento ya no me quedaba nada.

...


Jacob: Muy bien ___. Estamos solos, y los segundos están pasando. –Expresó seco sentándose en un banco.

Tu: ¿Me quieres explicar que te sucede? –Le expresé entre alterada y dolida.

Jacob: Nada…No me sucede nada –Dijo sin expresión alguna.

Tu: ¡Vamos Jacob, escúpelo! ¿Te hicieron algo? ¿Te hice algo yo?

   Me miró por primera vez a los ojos confundido y negó.

Jacob: Tú no me has hecho nada.

Tu: ¿Entonces qué demonios te sucede conmigo? ¿Por qué me tratas así?

    No dijo nada. Así que le pregunte algo que me mataría si no lo soltaba.

Tu: ¿Y esa chica? Tu…tu…novia. –Me miró triste. ¿Por qué estaba triste?

Jacob: ¿Qué pasa con ella? – Preguntó brusco.

Tu: ¿De dónde salió? La última vez que te vi, todavía llorabas por Isabella –Dije con desprecio su nombre sin poder evitarlo, el hizo una mueca de dolor al oírlo, y yo sentí un cuchillazo en el corazón por ver aquel efecto en el – Y ahora… y ahora… me sales con que tienes novia. ¿De qué mierda me perdí Jacob?

    Abrió los ojos sorprendido por mis palabras y se llevó las manos al cabello, ahora corto y bajó la cabeza suspirando.

    Se veía agotado. Cansado. Triste… ¿pero por qué? ¿De dónde había salido aquella pelirroja? ¿Y porque estaba con ella si seguía amando a Isabella? Todo esto era un caos. Y él no me contestaba a ninguna de mis preguntas. Solo estábamos perdiendo el tiempo, eso era lo yo que hacía.

    Perder mi tiempo y lastimarme más aun.

Tu: Está bien Jacob. No me respondas. Veo que ya nada es igual… has cambiado tanto... –Me lamenté.

    Elevó la vista y me miró con dolor. Estaba sufriendo… ¡maldición!

Jacob: Deja de decir idioteces, te adoro peque –Sonrió débil –No te enojes.

    Y el diminuto me enojo más. Todos los de la manada me decían Peque de cariño. Por ser la pequeña, la humana, la más frágil entre todos ellos. La única sin magia, ni nada sobrenatural. Era lindo escucharlo de ellos, pero de Jake de alguna manera me dolía. Me hacía sentir pequeña, como una hermana. Como alguien a quien jamás podría amar.

Tu: No me enoja, me duele. Se supone que soy tu mejor amiga ¿O ya no es así?

Jacob: Claro que sigue siendo así – dijo rápidamente –Siempre será así. ¡Demonios ___! –Gritó levantándose del banco y dándole una patada a un basurero haciendo que este se callera – ¡Odio dañarte! ¡Lo odio!

    Se acercó a mi y me tomó la cara entre sus manos cálidas y grandes, el contacto me estremeció y cerré los ojos.

Jacob: ¿Y es lo que siempre te hago, no? Siempre te termino lastimando. Por bruto. Deberías odiarme ¿Sabes?

    Yo bufé.

Tu: Jamás podría odiarte Jake. Ni aunque quisiera odiarte con toda mis fuerzas lo lograría. Pero me decepcionas. Mucho

    El bajó la mirada apenado y dolido.

Tu: Me encantaría entender lo que te pasa Jacob – Dije tomándole el mentón para que me mirara –Pero ¿cómo lo hago si no me dices nada?

Jacob: No me entiendas, solo… solo no te vayas. Quédate ___. Quédate a mi lado.

Tu: Sabes que nunca te dejaría solo.

   Me sonrió y se acerco a mi para darme un beso en la mejilla, pero al hacerlo se me quedo mirando fijamente. Y sentí que empezaba a quitarme las gafas de sol. Sin pensarlo aparté la cara bruscamente pero el movimiento fue tan fuerte que  hizo que las gafas cayeran al suelo. Mierda.






Haz de mi corazón un lugar mejor. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora