Paul.-Pov.
Había llegado justo antes de que mi pequeña princesa se fuera encima de aquella chica que ahora detestaba más que antes, por molestarla. Pero por lo que había escuchado ___ estaba celosa por que Isabella usara el "mi Jacob" en su oración.
Sabía que algo había mas allá de todo esto, ___ no hubiera dejado a Jacob porque sí, yo sabía cuento lo amaba, era su impronta, su alma gemela. Estaban destinados.
Paul: ¿Me dirás que pasa o huiras como lo has hecho toda esta semana?
Bajó la mirada, suspiré mirándola tiernamente. No podía estar molesto con ella.
Paul: Princesa, sea lo que sea que te este pasando, yo te escuchare y te entenderé, siempre estaré para ti -Ella posó sus ojos en mi y vi como se cristalizaban y me rodeó el cuerpo con sus brazos, escondiendo su cara en mi pecho y sollozando dolorosamente.
Tu: No puedo más -Susurró con voz entrecortada -jamás imaginé que me dolería así -Supuse que hablaba de terminar con Jake, pero si estaba sufriendo ¿Por qué lo había hecho?
Necesitaba saber que sucedía, entonces la tomé de la mano llevándola hacia el bosque, ella no puso resistencia solo se dejo llevar por mi y vi como seguía llorando silenciosamente, al ver que estábamos suficiente alejados ya a unos cuantos pasos más del claro, me detuve y la senté en una roca. Limpié los restos de lágrimas de su rostro pero dos pares de lágrimas volvieron a salir. La miré tristemente al verla aún más frágil de lo que siempre se veía.
Paul: Tranquila, todo estará bien -Ella negó mordiéndose el labio.
Tu: No, no lo estará. Ya nada volverá a estar bien nunca.
Paul: ¿Por qué dices eso? -Tomé su pequeño rostro en mis manos -¿Qué es lo que te está pasando para que digas eso?
Tembló y sus ojos reflejaban un miedo que me dio escalofríos.
Tu: Si te lo digo, me odiarás.
Paul: ¿Odiarte? ¿Estás loca?
Tu: Sí, todos lo harán, es por eso que mejor no sepan nada, para que no me odien. No lo soportaría, ya es suficiente con lo que Jacob debe estar sintiendo por mí.
Paul: ¡Demonios ___! ¡Dime que esta pasando ahora mismo! ¡Y quiero la verdad! -Gruñí, pero ella ni siquiera se sorprendió por mi tono de voz ni mi gruñido, parecía tan desdichada con lo que pasaba por su mente que solo me dedicó una triste sonrisa -¿Es que no entiendes que jamás podría odiarte?
Tu: Cambiarás de parecer cuando me convierta en vampiro -Lo dijo entre dientes con la mirada baja escondiendo la expresión de su rostro al decir aquellas horribles palabras, me sentía malditamente mareado y con ganas de vomitar.
De pronto parecía como si estuviera en un piso movedizo o a punto de caerme por un acantilado, mi respiración se hizo más pesada y me sostuve de la piedra por miedo a que mis rodillas me jugaran una mala pasada. Cuando pude controlarme y volverla a mirar su cara mostraba una agonía devastadora.
Paul: ¿De que mierda hablas? Eso no puede ser cierto -Me negué.
Tu: Tu querías la verdad, esa es -Dijo con voz suave y pasiva, mientras yo luchaba por contener la rabia que empezaba a invadirme.
Paul: ¿Quién demonios lo hará? ¿Cómo sabes que te vas a convertir en, eso?
Tu: Yo misma iré a que me conviertan, lo haré voluntariamente -La miré como si estuviera loca ¿es que se estaba escuchando? No entendía que carajo pasaba
Paul: ¿Fueron esas malditas sanguijuelas de los Cullen? -Negó -siempre he tenido un asqueroso aprecio por ellos, ¿es que te volviste loca?
Tu: No fueron ellos los que me convencieron, ni estoy loca. En dos semanas me iré de la Push, de Forks. No te preocupes no me verán luego de que me convierta. Desapareceré de sus vidas y será como si nunca me hubieran conocido.
Paul: ¡Dios! Esto no está pasando, no, tu definitivamente no estás bien de la cabeza -Sentí como me comenzaban a picar los ojos, ¡Maldicion! Parpadeé continuamente para alejar las malditas lágrimas de mi vista. La tomé fuerte mente de la muñeca con ira -Tú no te irás con chupasangres, no serás una de ellos, ¡No lo harás!
Me miro con una mueca de dolor, sabía que era por mi agarre, pero seguí tomándola de la misma manera brusca, tenía que hacerla entender.
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Haz de mi corazón un lugar mejor. [Editando]
FanfictionPor más que les ordenaba a mis piernas que pararan de caminar estas no me hacían caso. Ellas seguían andando, parecían solo escuchar a mi corazón o al poco corazón que aún me quedaba. Estaba tan dañado que hasta yo misma dudaba de que tuviera uno, d...