¿No les ha pasado, de repente, que queréis que el mundo se joda y que se vaya al mismísimo infierno llevándose todo con él? Hoy es uno de esos días.
Cada parte de mi cuerpo perdió fuerza, no sé cómo seguía de pie todavía, sus palabras se habían quedado en mis huesos, en mi sangre, su odio estaba dentro de mi destrozándome desde adentro. Mordí con fuerza mi labio inferior hasta sentir el sabor de mi sangre en la boca, clave las uñas de en mis manos al convertirlas en puños hasta estar segura que había atravesado la piel, pero no lograba despertar de mi horrible pesadilla ni hacer que mi dolor se calmara aunque sea solo por una milésima. Supe que no podía aguantar el llanto por mucho tiempo entonces dejé de mirarlo y me di la vuelta, no sabía muy bien en donde me encontraba pero huí de él, de su desprecio, de lo que había buscado en un principio, pero ahora que lo obtenía era desgarrador e insoportable. Logré divisar la Push y corrí hasta llegar a la playa y caer de rodillas cansada, mi respiración era más débil que nunca y sentía las lágrimas asomarse por mis pupilas.
Me quité las converse negras, y me quede sentada mirando el mar, las lágrimas me quemaban las mejillas, estaba ardiendo de dolor, ardía al igual que el. Caminé tambaleante al agua y cuando toqué el agua helada, el contacto frío me alivió. Me detuve cuando el agua me llegó al cuello, dos pasos más y me taparía toda completa. Pero el alivio que sentía mi cuerpo me hizo hacerlo, el frío que tenía me impedía pensar con claridad, me di cuenta que mi cuerpo me empezó a pedir oxigeno pero no salí a la superficie, si salía el dolor volvería de nuevo, y cualquier cosa que no fuera eso era mejor. Entonces una gran cantidad de agua entro por mis pulmones, estaba segura de que moriría y no era tan horrible como lo había imaginado. Solo sabía que ya no sufría, no había dolor al respirar ni aquel desesperante ardor. Me sentí asfixiada y de pronto todo estaba negro pero no importó, solo quería que mi corazón dejara de latir de una vez por todas, al fin y al cabo ya no tenía nada porque vivir.
Embry.-Pov.
Había corrido como nunca al ver a ___ desaparecer del agua, la miraba con una sonrisa mientras entraba a el mar con ropa y dejando sus converse en la arena. Ella era un chica extraña y maldición todos la extrañábamos, sus regaños hacia nosotros, siempre había sido una hermana mayor para todos siendo la más pequeña, y la cuidábamos con nuestra vida, sabía que estar cerca de nosotros para ella no debería ser fácil pero éramos egoístas y la queríamos de vuelta. La manada estaba incompleta sin nuestra humana favorita. Deje de sonreír al ver que no salía a la superficie.
Entré al agua y la saqué tan rápido como pude. La llevé a la orilla, estaba pálida casi tomando un color morado. Mi corazón palpitaba descontrolado, mientras trataba de adivinar que hacer. Recordé lo que Jake nos había contado de cuando salvo a la chica vampiro y puse mis manos en su pecho apretándolo varias veces.
Embry: Vamos peque -La animé - ayúdame, abre los ojos.
Repetí aquello varias veces hasta que vi como comenzaba a toser torpemente mientras botaba el líquido por la boca. Parpadeó hasta lograr mirarme bien. Estaba feliz por verla viva pero mi enojo era mas grande.
Embry: ¿Eres estupida? ¿Es que quieres morirte? -Reclaée severo. Volteó la cara y miró el mar en silencio como si deseara volver allá, temblaba por el frío. Quise cargarla pero ella se movió dándome a entender que no lo hiciera.
Tu: Sí -Murmuró -Quería morirme, ¿Por qué demonios me sacaste de ahí? -La miré con horror.
Embry: ¿Te volviste loca? -Quise tocarla de nuevo pero con una fuerza que no sabía de donde la había sacado se soltó de mis manos.
Tu: No me toques Embry -Me dijo molesta, pero yo estaba aún más molesto que ella, verla así me era tan devastador. La tomé con fuerza y la cargué sin importarme sus reclamos.
Al llegar a mi casa ya se había calmado y dejado de patalear, di gracias de que mi mamá no estaba pues no le quería explicar que había pasado con ___, no quería tener más problemas con ella de los que ya tenía. Ya que ella no sabe que soy licántropo y sospecha que algo raro pasa en la Push. Busqué una camisa lo suficientemente grande para que se cambiara de ropa y un cobertor lo suficientemente grueso como para taparla del frío que debía sentir. Entré y le puse la ropa a un lado y me fui nuevamente a la cocina para prepararle un té caliente.
Cuando estuvo listo, toqué la puerta y espere un rato, nadie contesto pero decidí entrar, sonreí al verla arropada y con la ropa mojada a un lado, por lo menos no tuve que obligarla a hacerlo. Me acerqué y coloqué el té en la mesa al lado de mi cama, ella no me miraba.
Tomé la ropa y la llevé a la secadora de mamá. Volví y la encontré de la misma forma pero ahora había lágrimas por sus mejillas que ahora ya habían recuperado un poco el color rosado de ellas. Pero seguía molesto, tomé una silla y me puse en frente a ella esperando que me mirara. Lo hizo luego de unos diez minutos y le ofrecí el té. Lo tomó con manos temblorosas.
Tu: Gracias -Susurró débilmente.
Embry: No vuelvas a hacer una idiotez como esa, nunca -Rodó los ojos -Es enserio ___, tu vida no es cuestión de broma. ¿Qué no te das cuenta de la tontería que hiciste? Pudiste haber...
No pude seguir, la idea era perturbadora y horrible.
Tu: Ya no me interesa vivir -Pude entenderle gracias a mi oído lobuno pues apenas habría los labios para dejar salir los pequeños susurros débiles de su boca - El, no me esperara, ya no, ni cinco minutos -Dijo entre sollozos apenas audibles pero su rostro de dolor hizo que mi corazón se rompiera en dos al verla así.
Embry: No se dé que hablas, pero nada merece que acabes con tu vida ___, tu tienes familia y no nos puedes hacer esto. Deja de llorar peque -Dije con un hilo de voz.
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Haz de mi corazón un lugar mejor. [Editando]
FanfictionPor más que les ordenaba a mis piernas que pararan de caminar estas no me hacían caso. Ellas seguían andando, parecían solo escuchar a mi corazón o al poco corazón que aún me quedaba. Estaba tan dañado que hasta yo misma dudaba de que tuviera uno, d...