Estaba de camino a la reserva, hoy comenzaban las clases, no había visto a Jacob ni a ninguno de la manada desde el día en el que terminé con él, al parecer al hacerlo había terminado mi amistad también con ellos. Los entendía, seguramente me odiaban ahora, por sentir el dolor de Jacob en forma lobuna, como si fuera propio. Al llegar, vi a muchos afuera del instituto, mi corazón latió rápidamente al ver un grupo de chicos grandes juntos, vi a Jake con ellos. Y como si fuera un imán, inconsciente su mirada se posó en mí. Por unos segundos solo estábamos él y yo, su dolor y el mío juntos. Pero aquello terminó pronto al darme cuenta de lo que hacía, quitarle la mirada y perderme en la multitud entrando al lugar.
Los ojos me picaban, maldición esto iba a ser mas difícil de lo que pensaba, yo llevaba mucho tiempo ya sin llorar, pero terminar con Jake me había vuelto más débil que nunca. Cada momento en el que lo recordaba tenía ganas de llorar, pero esto no me puede estar pasando ahora, aquí es donde mi auto-control debía salir a flote para ayudarme, donde mi máscara de frialdad tendría que envolverme.
Jacob.-Pov.
Ella había estado escapando de mi toda la mañana, al igual que de la manada, cada vez que se encontraba en el mismo lugar que nosotros, simplemente escapaba. Suspiré cansado, mientras estábamos en la hora del almuerzo
Embry: ¿Por qué huye de todos? - Preguntó, parecía triste al igual que todos.
Quil: Parece que al terminar con Jake, también lo hizo con la manada completa.
Paul se levantó de la mesa donde estábamos todos y se alejó. Estaba molesto, me culpaba por alejar a ___ de él; así pasó la semana, y yo ya no hacía lo posible por encontrármela, había entendido el mensaje, ella no me quería cerca, pero ahora yo también estaba alejado de todos, no quería que vieran como me quedaba sin vida poco a poco. Estaba pensando en abandonar el instituto.
Y solo había pasado una semana, pensé con amargura, ¿Cómo soportaría los siguientes días sin ella?
Estaba sentado de último en clase y miré hacia el puesto de ___, el primero de la derecha, justo al lado de la puerta, ella siempre era la primera en salir, era como si quisiera escapar del mismo lugar en donde estaba yo, ni siquiera soportaba eso. El puesto estaba vacío, ¿en dónde estaba? Estaba seguro de que la había visto llegar esta mañana, pedí permiso para ir al baño y salí a buscarla. Sí, era patético, pero necesitaba por lo menos saber en dónde estaba. Recorrí todos los pasillos, y no la encontré, iba de regreso al salón cuando pasé por el baño de mujeres, entonces mis piernas dejaron de andar y mi cabeza giró, escuché un llanto, unos sollozos que me desgarraron el alma y un corazón que parecía estar muriendo de lo lento que iba.
Entré sin importar si me encontraban, necesitaba saber de quién era aquel llanto, aunque sabía que era ella. Caminé y me detuve al ver un cuerpo en la esquina del baño, en el piso con las rodillas en su pecho, y su cabeza entre ellas, abrazándose completamente. Era ___, mi peque. Me acerqué a ella lentamente y me agaché para estar a la misma altura que ella, la observé mientras sentía ganas de llorar también. Hacía tanto que no la escuchaba llorar así, sentía como si mi corazón se contagiaba del suyo, cada latido mas lento que el otro. Elevé mi mano pero la cerré en un puño cuando estaba a punto de tocarla, no, ella no me quería cerca, pero tampoco me alejaría.
Jacob: No sabía que las princesas lloraban- Me sorprendí de que me saliera la voz.
Ella elevó lentamente la cabeza y si había llegado a pensar que no podía lastimarme más su dolor, estaba equivocado, pues su cara me hizo sentir una agonía indescriptible. No había brillo, ni luz, es más, no reconocía aquellos ojos, estaban tan vacios, rojos y llenos de tristeza...
Tu: Yo no soy una princesa -Dijo ronca.
Jacob: Lo eres para mí -Le limpie dos lágrimas que salían de nuevo de sus ojos, pero otras más volvieron a salir -No llores, por dios, me estoy muriendo peque.
Su labio inferior tembló y ella volvió a estallar en llanto.
Tu: Vete -Me pidió con la voz entrecortada - ¡Lárgate!
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Haz de mi corazón un lugar mejor. [Editando]
Hayran KurguPor más que les ordenaba a mis piernas que pararan de caminar estas no me hacían caso. Ellas seguían andando, parecían solo escuchar a mi corazón o al poco corazón que aún me quedaba. Estaba tan dañado que hasta yo misma dudaba de que tuviera uno, d...