Ours |Jamie y Dakota| III

Capítulo 7

Una semana después.

Seguíamos en Francia, en una especie de vacaciones de trabajo que me tenían encantada. Sin duda la mejor forma de iniciar las grabaciones de la película.

Ahora mismo estábamos en una playa privada que era rentada para las grabaciones, había cerca de quince extras que estaban dispersos por la playa sobre toallas y tumbonas, había un montón de equipo –filmar en la playa cuesta mucho trabajo- y un par de motos acuáticas que todos moríamos por usa.

Por mi parte estaba disfrutando bastante la pequeña zona que usábamos como escenario ese día: una elegante sombrilla entre dos tumbonas con una mesita plegable entre ellas y algunas cosas desplegadas por allí, yo estaba en una de las tumbonas con un hermoso bikini negro de dos piezas recostada, no estaba ensayando mi escena, estaba disfrutando del día soleado.

-¿Dakota? Dime que no estás durmiendo.

-Casi –respondí a Sam, alcé la vista para verla sentarse en la tumbona de al lado con sus pantalones cortos y camisa de tirantes- ¿Ya vamos a comenzar?

-Solo debemos esperar al equipo de guardavidas que debe estar por llegar, lo exige la ley –se encoge de hombros- pero tú... se ve que la estás pasando en grande, y eso me alegra.

-Estoy muy bien -le sonrío- pero claro, sé que vienes a deshacerte de mí comodidad.

-Un poco solamente –me sonríe y se recuesta en la tumbona- ¿Estás segura que no tienes problemas con la escena?

-Para nada.

Esta escena incluso me gustó bastante en el libro, yo debía estar sin sostén en la tumbona y Christian al verme tendría una rabieta.

Y no estaba para nada preocupada porque todos por allí me vieran desnuda de la cintura para arriba, no había nada que ellos no hubieran visto ya.

-En ese caso, les diré a Jamie y Max que dejen el juego de ping pong para ponernos manos a la obra.

Jamie y yo estábamos bastante bien de momento, Sam me dejó usar mi anillo de compromiso como su fuera el de Ana en la película pero además llevaba una argolla dorada que era el anillo de matrimonio con él, acaricie los anillos distraídamente con el pulgar mientras esperaba más indicaciones; Jamie y yo habíamos tenido una charla hace tiempo donde acordamos que nos casaríamos después de terminar de filmar, nos tomaría dos meses y luego vendría esperar cumplir esa promesa.

-¡Arriba dormilona!

Su voz me hizo sonreír instantáneamente, me incorporé en la tumbona para estirarme un poco y él se arrodillo en la arena frente a mí para besarme en la frente.

-¿Descansando?

-Un poquito –le sonreí y puse mis manos en sus hombros- ¿Qué tal el partido con Max?

-Mi hombría quedó intacta –sonrió y extendió su mano- ¿Vamos?

Tome su mano y me puso de pie apenas un segundo para luego tomarme en brazos y caminar hacia la playa, Jamie iba solo con un bañador, muy corto pero muy masculino, que dejaba todo su cuerpo bronceado para deleite de todos, yo reí mientras nos acercamos al agua y vi a los camarógrafos y Sam acercarse enseguida.

-¿Sam? –él la miró.

-Adelante, solo no vayan muy adentro ya que los guardavidas siguen sin aparecer –miró a los camarógrafos- no pierdan detalle.

Sin dar tiempo de nada más Jamie siguió hasta que el agua le llegó a las caderas y me bajó, el agua estaba fresca pero deliciosa y chapoteamos con las olas que llegaban, tiró de mi hasta que el agua nos llegó al pecho y nos sumergíamos cuando las olas se acercaban para después salir escupiendo y riendo un poco más, yo me acerqué para abrazarlo por el cuello y él tomó mis piernas para que las enredara en sus caderas, ya no nos importaba lo que dijeran de nuestra relación así que nos besamos un poquito más atrevido de lo que deberíamos frente a las cámaras, pero se sentía tan bien que no me importó, el agua parecía curar los malos momentos que habíamos pasado.