Jamie POV.
La puerta se abrió y entramos detrás de Giselle a una habitación amplia, pintada toda de blanco, había un pequeño escritorio en la esquina y allí estaba ella, se puso de pie de un salto y sonrió.
-Hola.
-¡Mamá!
Dulcie se soltó de mi agarre y corrió hasta ella, Amelia se puso en cuclillas y la recibió con los brazos abiertos, Giselle aprovechó para retirarse a un sofá en la esquina de la habitación, yo me quedé mirando el reencuentro de madre e hija, Amelia miró con atención a Dulcie mientras ella parloteaba y le mostraba los regalos que le traía, le entregó los dulces, los guantes, las flores que habían llegado algo aplastadas y los dibujos que le había hecho en el avión mientras le explicaba de que trataban.
-Aquí yo con Depelin y Pip en el jardín –le explicaba- Pip es mi mana.
-¿Y se porta bien?
-Sí, pero lloda y moja los pañales.
Yo me quedé mirando a Amelia que apenas había reparado en mi presencia, si cabello había crecido aunque no le llegaba ni al cuello, seguía delgada pero se notaba que estaba en buena condición, iba sin maquillar, con jeans y un suéter blanco, su habitación era bastante amplia, tenía una cama individual, un armario, su escritorio y un mueble con una televisión y un equipo de sonido, por las partituras y las hojas que alcanzaba a divisar en su escritorio supuse que seguía escribiendo, además pude ver la base de un teclado sobresaliendo debajo de la cama.
-¿Papá? –miré a Dulcie que ya estaba sentada en el regazo de Amelia.
-¿Qué pasa, cariño?
-Mira –ella señaló una foto que estaba en el escritorio, me acerqué y me senté en el borde de la cama, la foto era una de los tres, cuando Dulcie tenía pocos meses de vida- esa yo y esa mamá y papá.
-Es una buena foto –dijo Amelia.
-Sí –asentí.
-Gracias por traerla –me dijo, mirándome.
-De nada, es tu hija, jamás la alejaría de ti –Dulcie estaba entretenida haciendo un dibujo de la foto- ¿cómo estás?
-Mejor, supongo –suspiró, su semblante era serio- me han ayudado mucho en este lugar, además mi abuela paterna me visita cada pocos días.
Su abuela vivía allí en Alemania y por eso Amelia conocía el idioma bastante bien, la había conocido años atrás, era una buena persona.
-Me alegra escucharlo.
-¿Cómo te va a ti? –Frunció el ceño- ¿Te casaste ya con ella?
-No, pero está en nuestros planes.
Amelia no dijo nada, pude ver que se debatía entre decirme algo, pero finalmente vio a Giselle y le habló en alemán, no entendí lo que le dijo pero ella asintió.
-Vamos Dulcie ¿quieres ir a jugar afuera?
-¡Sí!
-Vamos, te va a gustar.
Giselle nos acompañó hasta que salimos al jardín trasero, había una zona con juegos infantiles y Dulcie no tardó en correr allí y comenzar a subirse a todo, no soltaba a Amelia, la llevaba a todos los lugares y no paraba de hablar, estaba muy feliz y eso me alegró intensamente, cuando ambas se sentaron en el pequeño cajón de arena saqué mi móvil y les hice algunas fotos, posaron juntas con los castillos que estaban haciendo.
-¿Podrías darme copias de las fotografías?
-Claro, las imprimiré antes de irnos.
Cuando la pequeña se quedó más entretenida en los juguetes del arenero que en su mamá, Amelia me pidió que me acercara, me senté como pude sobre la gravilla del lugar para escuchar lo que tuviera que decirme.

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Ours |Jamie y Dakota| III
FanfictionEs todo lo que importa porque debemos estar juntos, éste es nuestro momento y no hay nada mejor.