Capítulo 8

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Jamie POV.

Estuvimos dos horas en el gimnasio, corrimos, nos ejercitamos y alzamos pesas hasta que Dakota no pudo más y yo tuve que obligarla a que volviéramos a la habitación, el hotel donde nos quedábamos era enorme, además tenía bastante seguridad así que desde que salimos por las puertas de cristal hasta nuestra habitación nos topamos con mucho personal para la hora que era, además, apenas llegamos a la habitación nos echamos en la cama y ella se quedó dormida en un segundo.

Yo aún me sentía muy inquieto, así que aproveche para darme una ducha y sacarme el sudor, cerré la puerta detrás de mí despacio y abrí el grifo con agua templada, me saqué la ropa y me metí a disfrutar del chorro de agua que caía en mi cabeza y hombros, puse las manos contra la pared y perdí la noción del tiempo mientras el agua me relajaba los músculos.

La puerta se abrió con un pequeño chasquido, no me moví de mi lugar, me limité a cerrar los ojos.

Escuché el inconfundible sonido del frufrú de la ropa cuando te la quitas y luego alguien deslizó la cortina de la ducha.

-No te vayas a ahogar –dijo su voz.

-Dakota.

Ella entró con una risita suave y seductora, estaba desnuda detrás de mí y yo lo sabía, la ducha se llenó con el olor de su jabón de rosas, sus pequeñas manos se posaron en mis hombros, su contacto me provocó un escalofrío en todo el cuerpo y me puse duro al momento, no me moví mientras sus manos bajaban muy despacito hasta mis omóplatos y subían de vuelta a mis hombros para presionarlos con fuerza en un masaje que buscaba destensar todos los nudos de mi cuerpo.

-Pareces muy tenso –susurró cerca de mi oreja.

-Y que lo digas.

-Déjame ayudarte.

Sus manos cobraron una sensualidad que en lugar de relajarme me hicieron ponerme aún más en tensión, ella comenzó a pasar sus pequeñas manos por toda mi espalda, pasaba de mis omóplatos a la cintura, bajando hasta las caderas y subiendo de nuevo, finalmente me rodeó con los brazos y sus pechos se pegaron por completo a mi espalda arrancándome un jadeo por la sorpresa, podía sentir sus pezones duros mientras me arañaba ligeramente con las uñas.

-Echo mucho de menos esto –ronronea y comienza a frotarse contra mi cuerpo.

-No tienes idea...

Sus manos bajan un poco y juegan con el camino de vello que baja por mi ombligo y de deslizan hasta llegar a mi miembro, durísimo y listo para ella, no paro de jadear cuando lo toma entre sus manos y comienza a acariciarlo.

-Esto me gusta mucho –me dice.

-Dakota...

-Me gusta cuando tu voz suena así –dice acelerando el ritmo de sus manos- ¿Es por mí?

-No podría ser por nadie más.

-Dímelo.

-No podría, jamás, con alguien que no fueras tú.

Sus movimientos son cada vez más rápidos, siento que comienzo a temblar pero ella no se detiene.

-Jamie...

-Dakota –sus manos se aprietan más- oh, joder Dakota...

-Déjate llevar, déjame llevarte –su voz suena muy cerca de mi oreja- déjame verte.

Mis caderas ya se balancean a su ritmo y me dejo llevar, exploto dejando caer la cabeza contra los azulejos de la ducha hasta que el último estremecimiento me deja y quedo exhausto.

Ours |Jamie y Dakota| IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora