Capítulo 17

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Jamie POV.

Aun con jet lang, el estrés y los nervios por todo lo sucedido, logré dormir cinco horas de corrido, no me levanté hasta que sonó la alarma, me levanté y fui directo a la ducha, cuando salí Dulcie y Dakota ya no estaban en la cama, ambas estaban en la habitación de las niñas alistándose, como solo nos iríamos el fin de semana preparé una maleta pequeña con pocas cosas para dos días, pero allí estaban las dos metiendo un montón de cosas en una pequeña mochila rosa.

-Un poco más y nos cobrarán sobre equipaje –murmuré.

Dakota alzó la mirada y me sonrió, eso me tranquilizó y cuando finalmente la mochila estuvo llena vino hacia mí, me besó suevamente en la comisura de la boca y me sonrió.

-Venga, no se vayan con la barriga vacía, les haré algo para desayunar.

-No es necesario, tomaremos algo en la estación.

-Insisto, no tardaré nada.

Así que tomamos un rápido desayuno consistente en avena y pan francés, la emoción hizo que Dulcie comiera más rápido de lo normal, cuando terminamos llamé a un taxi para que nos llevara al aeropuerto, Dakota insistía en llevarme ella pero Pip no tardaría en levantarse y le haría bien pasar el día con ella, así que nos despedimos en la puerta de la casa, nos quedamos abrazado un poco más de lo habitual mientras el taxi subía nuestra única maleta.

-Tengan cuidado –mumuró- no se pongan en riesgo, abríguense bien y...

-¿Y?

-No es nada –me miró- solo...

-Estaremos bien –me incliné a besarla sobre su flequillo, mi lugar favorito- volveremos antes de que te des cuenta.

-Eso espero –después se acunclilló y acarició los ricitos de Dulcie- pórtate bien ¿de acuerdo?

-Sí mamá –asintió con emoción.

-Bien –la estrechó contra ella- te quiero, Dul.

-Te queyo mamá.

La vi estremecerse, aquello me había emocionado hasta a mí, pero no podíamos demorar más, subimos al taxi y nos marchamos, el vuelo hasta Saarland, Alemania salía a las ocho treinta, fueron dos horas y media de vuelo donde Dulcie se la pasó haciendo dibujos para su mamá, y ya en el aeropuerto de Alemania me arrastró hasta una tienda de regalos donde insistió en comprarle unos dulces (por si tenía hambre), unos guantes (por si tenía frío) y unas flores (porque eran bonitas).

Yo no hablaba el idioma del lugar, pero la trabajadora social, Giselle, que me había estado contactando nos estaba esperando allí, nos guio hasta un taxi y allí finalmente el sueño venció a Dulcie que se quedó dormida poco después de que nos subimos.

-Señor Dornan, estamos bastante complacidos que haya atendido esta petición tan rápido –hablaba con un acento muy marcado- la señora Warner ha progresado mucho, le agradará ver que cada vez necesita menos medicamento, no ha tenido ataques en el último mes, eso le pedimos de condición para permitirle esta visita.

-Me alegro por eso –era verdad, la última vez que la había visto había sido tan perturbador, que solo quería sacarme esa imagen de la cabeza- ¿cómo está su situación legal?

-Desde que retiraron los cargos contra ella, mucho mejor –ella me tendió una carpeta con varios papeles- aún tiene que pagar la multa que se le puso por los problemas en Londres y los destrozos en el hotel de América, pero ya está cumpliendo sus horas de servicio comunitario, le gusta ayudar.

Mientras yo revisaba los papeles, ella miró a Dulcie dormida sobre mi regazo y sonrió.

-¿Cómo ha tomado la pequeña este tiempo sin su madre? –Me miró- leí los informes que me envió su terapeuta.

Ours |Jamie y Dakota| IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora