Capítulo 19

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Jamie POV

Miro el reloj una vez más y sigue diciéndome que faltan dos horas para siquiera pensar en levantarme, pero aun así salgo de la cama asegurándome de que Dulcie siga durmiendo, salgo de la habitación y voy directo a la pequeña sala para encender el televisor, como todo está en alemán me decanto por poner el DVD de "Shrek" que cargué con una pila de películas más de Dulcie en la maleta, apenas le pongo atención mientras decido si será buena idea el desayuno de hoy, Giselle me explicó que allí el desayuno se toma a las siete treinta de la mañana, no está mal con la diferencia de horario, pero el avión de regreso sale a las once y temo que la visita perturbe más a Dulcie, ojalá pudiera ir a gimnasio justo ahora, ojalá pudiera estar con ella...

Mi teléfono suena, corro a la habitación para atender y la estúpida sonrisa en mi rostro me confirma lo bien que me hace sentir, como si estuviésemos conectados.

-Estaba pensando en ti –digo, cuando atiendo.

-Quizá eres medio brujo –ríe, suena como si acabara de despertar- pero algo en mí me decía que necesitaba hablar contigo.

-Ese algo en ti me encanta –me recuesto de nuevo en el sofá de la sala- ¿irás por nosotros al aeropuerto?

-Así es, ya los echo mucho de menos, aunque sé que los veré en algunas horas. A propósito –casi puedo verla fruncir su naricilla- ¿te desperté?

-No, estaba dando vueltas en la cama –suspiré.

-Me lo imaginaba –su voz es suave y dulce- ojalá estuviera allí.

-No deseo otra cosa, pero pronto esto acabará –cierro mis ojos- ella está mejor, pero estando algo... no sé cómo llamarlo, supongo que "mal" no es la palabra adecuada.

Escucho el inconfundible sonido de Zeppelin rascando la puerta por la línea, seguro está pidiendo salir a hacer sus necesidades.

-No ha pasado mucho tiempo cariño –se escucha cuando abre la puerta del jardín- estas situaciones no tienen un protocolo de cuánto tarda uno en sanar.

-Pero es difícil, verla en ese estado...

-Te duele, Jamie.

-Sí.

Nos quedamos en silencio un momento.

-Está bien ¿sabes? –Dice- eso solo significa que, a pesar de todo lo que pasó, te importa.

-No de la forma que puedes estar pensando –aclaro de inmediato.

-Ya lo sé, tranquilo.

Otro silencio.

-¿Dakota?

-Estoy aquí.

-Te necesito.

-Y yo a ti, Jamie –escucho una risita- quizá podamos arreglarlo cuando regreses.

-¿A qué te refieres?

-Ya lo verás –más risitas- tengan cuidado, los veré en el aeropuerto.

-Está bien.

Ella cuelga y sintiéndome un poco más tranquilo cierro los ojos y logro dormirme de nuevo hasta que suena la alarma a las seis de la mañana, me ducho, arreglo la única maleta que llevo y levanto a Dulcie, después de arreglarla bajamos con todas las cosas al vestíbulo a esperar a Giselle, compramos algunos chocolates para llevar de recuerdo y unas camisetas que venden allí en el hotel, además de un tarro de cerveza tallado para mi padre, otro para Sam y uno más para Dakota, allí también encuentro un lugar donde me imprimen las fotos que tomé con el móvil para Amelia, a las siete en punto aparece Giselle y vamos de nuevo al enorme hospital, al entrar vemos gente caminando por todos lados, nos guía hasta una zona que me recuerda a un comedor escolar, pues hay muchas mesas y gente viene y va con bandejas con comida.

Ours |Jamie y Dakota| IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora