Capítulo 2

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Los Angeles, Marzo 6, 2017.

10:30 pm.

Algo me faltaba, lo supe desde que finalmente logré abrir los ojos y enfocar la vista, un horrible olor a antiséptico y sábanas limpias me inundaba las fosas nasales y traté de enfocarme en las voces que escuchaba para no pensar en lo adolorida que me sentía.

-... ha estado perdiendo y recuperando la conciencia todo el día, es normal, los analgésicos que le administramos son bastante fuertes aunque no debe tardar en despertar, supongo que si no hay más contratiempos, mañana podrá volver a casa –una larga pausa- no hay de qué Señora Johnson, la comunico de vuelta con el señor Dornan.

-Gracias doctora –ahora era la voz de Jamie- ¿Lo ves Melanie? Esta todo bajo control, en cuanto despierte te llamo de inmediato, y te agradezco que te quedes con las niñas... lo sé, fue horrible ¿qué han dicho las noticias?... Vaya, yo solo sé que hay unos cuantos intoxicados por el humo y dos a los que los alcanzó el fuego con quemaduras, pero no graves... sí, él falleció en el acto, todo ha sido un caos con esto, la mayoría ya dejaron el hospital, según me dijeron.

No podía procesar muy bien la información así que cerré los ojos hasta que escuché que se despidió, abrí los ojos despacio y lo miré, el suspiró y enterró el rostro entre sus manos.

-¿Ja... mie?

Mi voz salió como un graznido y tuve un pequeño atraque de dos, él dio un salto y de inmediato estuvo a mi lado, se inclinó a besar mi flequillo y tomó una de mis manos entre las suyas, estaban frías y temblaban ligeramente, cuando me miró vi sus preciosos ojos grises brillantes y el corazón comenzó a latirme con fuerza.

-¿Cómo te sientes?

-No lo sé –no encuentro forma de expresar como me siento.

-¿Te duele algo? Debo llamar a la doctora...

-No, algo pasa –me incorporo despacio, llevo un catéter en el brazo pero no está conectado a nada- dímelo.

-Cariño –sus ojos brillan inundados de lágrimas- lo siento mucho...

Su voz es suave, habla como cuando quiere calmar a las niñas, se inclina hasta que su frente descansa sobre la mía y siento una lágrima que cae sobre mi ceja siento mi corazón romperse en pequeños pedazos.

-Perdiste al bebé.

Es apenas un susurró y antes de que lo diga, de alguna manera lo sé, sé que eso ocasiona el vacío en mi interior, mi mano libre se posa sobre mi vientre para comprobar que allí ya no hay nada.

Me estremezco, me estremezco sin parar y un horrible frío se extiende en todo mi cuerpo, es como recibir una bala que se lleva una parte de ti.

-Bebé... mi bebé.

-¿Por qué no me lo dijiste? –su rostro busca el mío y retira los mechones de cabello que me cubren la cara.

-No lo sabía –no puedo dejar de estremecerme y comienzo a sollozar- No lo sabía, no lo sabía...

Él me abraza, me envuelven en sus brazos y sollozo, me duele, no lo sabía, llevé una pequeña vide dentro de mí y jamás lo supe, jamás pude decirle que lo amaba, que lo esperaba con ansia, jamás supe de él... Jamie es mi fuerza ahora, pero lo siento temblar entre mis brazos y sus lágrimas caen sobre mi cuello, nos quedamos consolándonos un rato, cuando siento que comienzo a calmarme un poco aparece una enfermera y dice que tienen que revisarme así que sale a llamar a la doctora y volvemos a quedarnos solos.

-¿Se lo dijiste a mi madre?

-No –sacude su cabeza- todo el mundo me habló para saber de ti pero nadie sabe lo que pasó.

Ours |Jamie y Dakota| IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora