Capítulo 12

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-¡Otro, otro, otro!

-Cielos, ya no aguanto el tequila como antes –dije antes de beberme otro shot.

Una botella de tequila no pintaba nada en aquel serio y elegante restaurante japonés, pero nada parecía tener sentido esta noche así que mágicamente me encontré empinándome el quinto shot... o puede que el sexto, en este momento ya no lo sabía bien.

-La mamá ha hablado –se burló Elo- ¿Ese "antes" fue hace como dos días, o dos semanas?

-Fue en mi época parrandera –le saqué la lengua, y luego tomé mis palillos con descuido- un par de años.

-Brindo por eso –dijo antes de tomar su propio shot y bebérselo.

-Llévatelo con calma, cariño –Jamie se ofreció a ayudarme con los palillos, pero mis manos estaban tan torpes que se los cedí y él tomo uno de los trocitos de sushi de salmón y me lo acercó a la boca- ábrela.

Lo obedecí y me introdujo despacito aquel mini manjar, lo mastiqué sin dejar de verlo, la estábamos pasando muy bien esa noche, era como si nada pasara más allá de la mesa. Me quitó los palillos una vez más y me di por vencida dejándole alimentarme mientras la plática seguía, Rita, Elo, Alex y Luke parecían estar llegando al límite de tolerancia al alcohol, así que decidimos bajarlo, Sam sugirió ir a la "discoteca" del hotel, allí también grabaríamos algunas escenas, pero de momento estaba en servicio.

-Eso de "discoteca" suena tan de hace siglos –se burló Alex.

-Respeta a tus mayores –Sam le dio un empujón con el hombro- además el lugar es alucinante, en cuanto vi las fotos supe que era el lugar ideal.

Nos apresuramos a terminar la cena para marcharnos de allí, Sam le pidió que cargara todo a la cuenta de su habitación y los demás no tardaron en meterse en la boca lo que quedaba en sus platos, Jamie ya había acabado pero yo aún tenía unos trocitos un mi plato.

-Creo que ya no tengo hambre.

-Venga, acábate lo que tienes en el plato –Jamie me acercó un trozo a la boca con los palillos- Abre la boca.

Obedecí dócilmente, mastique despacito en trocito de sushi de camarón mientras lo veía sonreírme, muy despacio se inclinó hacia mí hasta pegar sus labios a mi oreja, su aliento me hizo cosquillas.

-¿Esta bueno? –preguntó en un susurro.

-Ajá.

Escuche su risa ronca que me erizó los vellos de la nuca, y justo entonces, muy despacito, tomó mi lóbulo entre los dientes para darme un suave mordisquito, estaba tan anonadada que incluso dejé de respirar mientras pasaba sus dientes lentamente hasta soltarlo, no sé qué cara habría puesto pero escuché las risas de Rita a mi lado.

-Por favor, si necesitan una habitación...

Todos estallaron en risas y sentí que la sangre se me subió a las mejillas, Jamie se rio para seguir la broma pero yo opté por beberme el vaso de té que ya estaba frio, así pues nos levantamos y nos apretujamos en el elevador hasta el lobby, la discoteca tenía una entrada independiente por un lado del hotel así que tuvimos que salir y recorrer un caminillo que nos llevaba allí, estábamos algo embriagados así que los pocos metros que nos tomó llegar al lugar estuvimos resbalando contantemente con el piso congelado y la nieve medio derretida, casi al llegar uno de mis botines de tacón me hizo resbalar en un escalón, estaba por caer de espaldas pero los reflejos de Jamie fueron más rápidos y me abrazó la cintura con fuerza.

-¡Hey! ¿Todo en orden?

-Fue la bota –alcé la pierna, pero de inmediato la bajé ya que llevaba falda.

Ours |Jamie y Dakota| IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora