Ours |Jamie y Dakota| III

Capítulo 11

Aspen, Colorado.

-¡Papi, es neve!

-Así es, mucha nieve.

-Mucha, todo el mundo tene neve papi... ¡Mami! ¿Vite la neve?

-A ver... ¡Vaya! Pues sí que es un montón -acaricié los ricitos de Dulcie- ¿Tienes ganas de ir a jugar a la nieve?

-¡Sí! ¿Puede menir Pip?

-Creo que Pipper es muy pequeña para ir a la nieve, pero podemos ir tú y yo si papá la cuida ¿qué dices?

-¡Sí mami! –Miró a Jamie- ¿Papi puidas a Pip?

-Lo haré, ¿por qué no te vas a poner tus botas nuevas mientras hablo con mami un momento?

Pipper no dudó en salir corriendo hacia su habitación, yo seguí mirando por la ventana en el hotel de Aspen donde nos encontrábamos para grabar por dos semanas, todo el resto del elenco ya estaba aquí y eso me tenía algo animada.

-Hablé con Anne, cuando estábamos en la recepción.

Lo miré, las cosas habían estado bastante tensas entre nosotros los últimos días así que había logrado convencer a Sam de traerme a las niñas estas dos semanas para tratar de apaciguar las cosas con Jamie. Stella y Matt venían con nosotros, mi madre estaba tomando un merecido descanso en Irlanda en un lujoso spa.

Sin embargo, la mención de la madre de Amelia logró ponerme los pelos de punta.

-¿Han concretado algo? –pregunté.

-Le dije que volveremos a Londres en un par de meses, así que ha concretado una cita para que Amelia pueda ver a Dulcie, su médico dijo que está lo suficientemente recuperada, y según parece, tiene muchos deseos de verla.

-Me parece bien –aunque tenía bastante miedo- ¿Tu estarás presente?

-Sí, así se ha estipulado en el acta de divorcio.

-De acuerdo –asentí.

No tenía más que decir, así que me di media vuelta y ayude a Dulcie a ponerse sus botas para la nieve, la abrigué bien y después de abrigarme también le tome de la mano y entre saltitos llegamos a la puerta.

-Volveremos más tarde –anuncié.

-Tengan cuidado –Jamie se acercó, pensé que se limitaría a abrirnos la puerta, pero me impidió el paso con una sonrisa de oreja a oreja.

Con la mano libre me rodeó por la nuca y me besó, no un besito de despedida, un beso que hacía mucho no compartíamos, profundo y lento, mordió suavemente mi labio inferior logrando que abriera mi boca para barrerla con su lengua, no me soltó hasta que Dulcie empezó a tirar de su pierna para que me soltara.

-¡Ya papi! Quero ir a la neve.

Jamie se alejó, dejándome allí confusa y jadeante, con las piernas temblándome ligeramente nos encaminamos al elevador y una vez en el primer piso salimos a la parte trasera del hotel que era una especie de jardín de nieve, había algunas personas allí pero como la mayoría era parte del equipo de producción no me preocupé por nada, Dulcie estaba encantada con el montón de nieve y después de hacer un muñeco de nieve y que cantara la música de Frozen una docena de veces la convencí de hacer ángeles de nieve, corríamos y nos dejábamos caer sobre la nieve que recién había caído, estaba fresca y blandita.

-¡Yo quiero también! ¡Allí voy!

Eloise que había salido de ningún lugar aterrizó de un salto cerca de nosotras, Dulcie prorrumpió en carcajadas y corrió a saltar sobre su espalda.