Capítulo 9

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Llegamos al hotel cuando el sol comenzaba a ponerse, Jamie y yo bajamos del auto y veníamos haciendo el tonto hasta la puerta del hotel, aun teníamos arena por todas partes y yo llevaba el cabello suelto, el bikini la camisa de Jamie encima, así que el solo llevaba sus sandalias y su bañador. Le quedaba muy bien.

-¿Me llevas hasta la habitación? –dije alzando los brazos antes de entrar al lobby.

-Estoy a tu disposición –me dio la espalda y se inclinó- su corcel personal está aquí.

Me monté a su espalda de un salto sujetándome de su cuello, él puso sus manos en mis muslos y me hizo rebotar un poco y comenzó a girar, yo chillaba de deleite y el no dejaba de sacudirme, parecíamos unos tontos... me encanta esa sensación.

-Bueno par de tortolitos, calma por favor –Sam llegó detrás de nosotros aun con algunas hojas del guion en la mano- tenemos que hablar de las locaciones de mañana.

-¡No esta noche!

La alegre voz que llegó nos sobresaltó a todos, era Erika, iba con un vestido bastante veraniego y llevaba una piña colada en la mano, algo totalmente fuera del lugar en un lobby tan elegante, escuché a Sam resoplar detrás de nosotros, ellas aún tenían algunos... desacuerdos, pero trabajaban para resolverlos.

-Tenemos que dejar todo listo para mañana –dijo con firmeza.

-Pues háganlo más tarde –Erika nos miró con una sonrisa que se extendía por toda su cara al vernos juntos- nos han preparado una sorpresa, vengan.

Así que la seguimos sin saber muy bien si aquello nos iba a gustar, yo me sentía cansada pero había disfrutado tanto el día que no me importaba estar afuera un rato, tenía que llamar a mi hermana que me había enviado algunos mensajes y quería saber de las niñas.

-¡Sorpresa!

Jamie me deslizó despacio hasta que volví al piso, y vi delante de nosotros algo que solo me permitió soltar una carcajada, aquí en Francia teníamos una fiesta hawaiana, había un enorme cerdo asándose sobre un asador, había piñas coladas y palmeras por todos lados, las meseras con sus trajes formales llevaban collares con flores y todo se veía tan ridículo que me entraron unas incontrolables ganas de reírme hasta terminar en el suelo.

-Es una sorpresa de mi parte –Erika sonreía orgullosa y nos puso unos collares mientras el resto del equipo de trabajo entraba- así que a disfrutarlo.

Le agradecimos a Erika y procedimos a pasar a la terraza donde estaba la piscina y toda la fiesta, Jamie y yo decantamos las bebidas y optamos por tener nuestra propia diversión, así que me saqué su camisa y ambos corrimos directamente a la piscina, al llegar al borde me detuve en seco pero Jamie me empujó y ambos caímos estrepitosamente al agua, salí riendo y escupiendo cuando finalmente me dejó emerger.

-¡Eres un...!

No pude decir más porque me hundió de nuevo y escuche las carcajadas de los demás, intente sin éxito hacer lo mismo con él pero me limité a salpicarlo que era lo único que pude hacer, al menos hasta que algunos se nos unieron y jugamos algunas tonterías en el agua como luchas sobre los hombros –obviamente Jamie y yo ganamos- y Marco Polo.

Pasamos un buen rato, allí, finalmente el hambre me venció y salimos a comer algo, nos sentamos en una de las mesas que tenían decoradas con Max y Erika, charlamos y en un momento pillé a Jamie viéndome con una expresión extraña.

-¿Qué pasa? –pregunté.

-Nada –me sonrió- me gusta verte relajada.

-Eso suena muy Grey –me incliné a besarlo en la mejilla- compórtese.

Ours |Jamie y Dakota| IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora