Ours |Jamie y Dakota| III

Capítulo 30

-¿Cómo que no regresas con nosotros?

-Papá va a tener algunos proyectos por aquí y yo quiero asentarme antes de entrar a la universidad –Stella se tira en la cama suspirando- al final me ha dejado optar por la música.

-Es genial Stell, aunque seguramente mamá habrá protestado.

-Sí, pero no está decepcionada como creí, está feliz por mí.

-Yo etoy feliz con mi tía Tella –Dulcie le salta encima- me compa cupcakes.

-Te voy a echar de menos pequeña traviesa –le hace cosquillas hasta que se la quita de encima- y a Pipper también.

-¿Y a tío Matt?

La mirada de mi hermana se oscureció por un momento y luego hizo una mueca y comenzó a hacerle de nuevo cosquillas a Dulcie, tendría que hablar con Matt pronto también, pero hoy no, hoy era el último día aquí, estábamos en Nueva York e íbamos a ir al zoológico como habíamos prometido, Jamie había salido a hacer algunos pendiente con Pipper y nos veríamos allá.

-Ya basta las dos, será mejor irnos ahora –miré el reloj- y vamos algo retrasadas.

Jamie nos esperaba en la zona de los leones marinos, el zoológico de aquí no se comparaba a la reserva donde habíamos estado en Málaga, pero las niñas estaban encantadas mirándolo todo, en la zona infantil pudieron acariciar y alimentar a algunos animales pequeños, también arrojamos migas a los patos del estanque y fue como volver a casa en la zona de los monos, las niñas y Jamie no paraban de gritar y saltar imitando a los bichos que estaban allí hasta que Stella y yo no aguantábamos la risa, después tuvimos que salir a prisa por dos razones: Teníamos que terminar de hacer las maletas y había llegado un grupo de paparazzis.

Volvimos al hotel con un par de niñas agotadas pero logramos mantenerlas despiertas hasta que cenamos, Stella anunció que se marchaba a casa de unas amigas hasta que llegara Antonio así que nos despedimos abrazándonos con fuerza esperando el elevador.

-Cuídate mucho hermanita, y cuida a ese par de niñas.

-Lo haré, cuídate también y haz muchas compras –la miré a la cara- oye, no quiero ser malvada pero, en cuanto a Matt... estaría bien que aclares lo que sientes por él, ¿bien?

-Yo sé lo que siento, Dak, pero no soy lo que él quiere –sacudió su cabeza- Abrí los ojos con respecto a eso, de verdad que sí.

-No me ama, lo cree pero no es así.

-Cómo sea, pero no es para mí –se echó su mochila a la espalda- espero que resuelvas las cosas con Jamie ahora que regreses a casa.

-Yo también, ven a visitarnos cuando quieras.

-Gracias, lo mismo te digo.

Finalmente se marchó, yo volví a ayudar a Jamie con las maletas, llevábamos muchísimas así que la mañana siguiente una enorme camioneta nos llevó al aeropuerto, no fue de esperar la formación de paparazzis desde que bajamos, yo llevaba en brazos a Dulcie porque estaba más acostumbrada a aquello pero Pipper se revolvía y chillaba bastante con tanta gente, entre flashes y griteríos registramos el equipaje y abordamos casi de inmediato, era triste no tener más el jet para movernos, pero el vuelo estuvo cómodo, ambas niñas estaban encantadas mirando por la ventana y correteando por el pasillo, no iba mucha gente ya que el vuelo era directo, en algún momento se durmieron y por fin Jamie y yo pudimos descansar hasta que aterrizamos a las seis de la mañana hora Belfast, todo era tranquilidad cuando hicimos el trayecto a casa y apenas llegamos mi madre y Jim se encargaron de las niñas mientras Jamie y yo fuimos directo al dormitorio, Zeppelin insistió en venir con nosotros y se acurrucó a los pies de la cama.