Esclava del Mal (Dragon Ball Z)

33- Soy más fuerte

Narra Lía:

Vegeta corrió a robar las esferas, escondiéndolas en algún lugar que algún día conoceré, mientras que yo me integraba silenciosamente a la pelea.

Pegada a la nave, me preparaba para atacar a Kakarotto, mejor dicho Ginyu, con un rayo potente color rojo fuego. Cuando vi que estaba cerca mío, y sin que me viera, se lo lancé, desconcertado a todos, que no se habían percatado de mi presencia.

-Y miren quien apareció...-dijo Ginyu, cuando salió del ataque- ahora si, quiero ver tu poder, a ver si puedes ganarme en este cuerpo.

-Si así quieres.....- cambié mi voz a un tono siniestro, que asustaría hasta al mismísimo Freezer- hace trece años que estoy esperando esto.

Comencé a aumentar mi poder, los humanos me miraban sorprendidos, Kakarotto con esperanza y Ginyu fingiendo que no le provocaba terror. Cincuenta mil...cincuenta y cinco mil....sesenta.....decidí quedarme en sesenta y siete, el poder que tenía cuando el me atacaba, pero esta vez acompañado por tres ceros.

Un aura plateada me rodeaba, como si mi poder fuera consiente de lo mucho que quería intimidarlo con mi apariencia.

-¿Que te parece, aún quieres jugar?- le dije, con una sonrisa diabólica.

El decidió no mostrarse débil ante mí, y comenzamos. No puedo decir que no peleaba bien, tenía algo más de velocidad que cuando estaba en su cuerpo, pero eso por su tamaño. Le iba a dar una patada, cuando el me tomó la pierna y quiso lanzarme como un trapo al piso, pero cuando me elevó para tomar velocidad, le dí con codazo en la cabeza que lo mandó hasta el piso, liberándome.

-Veo que has mejorado- me dijo, levantándose- antes no me mostraste ese poder.

-Nunca dejé de entrenar- le respondí, aumentando aún más mi poder- siempre tuve la esperanza de que este momento llegara.

-¿Cuál?- me preguntó.

Me avalancé sobre el a una velocidad que no conocía en mí, para ir a darle un puñetazo en la panza.

-...El momento en el que pudiera mostrarte que les agradezco todo el sufrimiento que mi hicieron pasar, sólo para volverme más fuerte y vengativa, para poder pasarles factura, especialmente a ti, y demostrarte mi verdadero poder...- le dije, mientras que pasaba mi pie por debajo de el, haciéndolo caer y dándole una patada para mandarlo directo contra una montaña.

El volvió, con una cara de enojo que era imposible en el cuerpo de Kakarotto, en cambio, la mía era confiada, estaba muy feliz y segura de mi victoria.

-¿Ya te rindes? eres rápido- me reí de el.

-Este cuerpo no me trae beneficios, prefiero pelear contra la niña después, ahora, ya esperaste trece años, no creo que te molesten diez minutos más.

Lo pensé, era la mejor oportunidad para acabar con Kakarotto que tenía, además en esa situación en la que se encontraba mucho no podría hacer, Ginyu lo asesina, yo mato a Ginyu y listo, un problema menos.

-Está bien- dije, ante la sorpresa de los humanos.

-¡pero Lía...- me reclamó Krillin.