50- Suficiente por una vida

422 43 15
                                    

Narro yo:

La luz de la explosión duró casi quince minutos, en los cuales nadie pudo ver que sucedía.

Ni bien el resplandor cesó y el caos dejó ver un planeta invadido por las aguas de ríos que llenaban la fosa, Krillin y Gohan, los únicos que habían logrado escapar, volvieron a acercarse, aterrizando en una roca que había quedado flotando.

-¿Dónde esta mi papá?- preguntó Gohan, observando a su alrededor.

-No lo veo- respondió Krillin- tampoco a Luna ni a Piccolo.

En ese momento, vieron una sombra flotando en el agua, con los brazos sobre un escombro que la mantenía en la superficie.

-¿Eso es lo que creo?- preguntó Gohan, esperanzado.

-Ojalá- respondió su amigo, mientras que ambos se acercaban a toda velocidad.

Llegaron abajo y voltearon eso, mas bien a esa saiyajin: Luna.

Gohan la tomó de costado, con su brazo por encima del hombro, llevándola hasta la orilla, en la que Piccolo salió segundos despues, arrastrando firmemente junto a el un cuerpo mojado: Gokú.

Ambos humanos sonrieron al ver a sus amigos vivos, dejaron a la saiyajin junto a ellos, tosiendo agua.

Apenas se levantó, Luna se apartó hasta una esquina del trozo de tierra, intentando no estar cerca de ellos, ahora sabía lo que se sentía la traición, justo despues de vencer a Freezer.


Narra Luna:

Al fin terminó, no se cuanto tiempo pasó desde que me transformé, tal vez sólo unas horas, tal vez una semana, pero la pelea me pareció eterna.

Ni bien reaccioné noté que estaba en brazos de Gohan, ese niño me había sacado del agua, menos mal.

¿Qué haré ahora? esa pregunta me mataba, Vegeta estaba muerto, Freezer también, sabía mi origen pero no como perdonarme toda esta traición, que indirectamente, había sido hacia mi misma, hacia mi raza, los saiyajins.

Caminé hasta el otro extremo, donde una especie de barranco me cortaba el paso, a no muchos metros de los terrícolas. Estaban festejando su victoria, no quería formar parte, yo no merezco ser la vencedora, menos la primera y única super saiyajin, hasta ahora.

En ese momento lo noté, aun tenía ese horrible casco puesto, aunque estaba casi destrozado. Me acerqué hasta la orilla para ver mi reflejo, me quité el casco y vi la verdad. Mi cabello negro se alzaba en forma de flama, con tramos de flequillo cayendo sobre mi cara, la verdad es que si me parecía mucho a Vegeta.

Pero algo que nunca había visto, las puntas de mi cabello eran del mismo color que mis ojos, morado ¿De dónde salió eso? nunca lo había notado, podría jurar que no lo tenía....

Me interrumpió la voz de Krillin diciendo palabras que no creía escuchar, el inútil ya pensaba en volver a la tierra y casarse, humanos....

Luego una risa grupal, al parecer nadie cree que lo que haya dicho el calvo vaya a pasar, ni que se fuera a casar con una belleza intergaláctica en un futuro....

Estaba aún frente al agua, observando las ruinas de mi casco, cuando la voz de Kakarotto me llamó.

-Oye, no te quedes ahí frente al agua, ven- me dijo.

Volteé, el saiyajin estaba abrazado a su hijo, con una sonrisa de oreja a oreja. Pero al verme, le desapareció.

-¿Qué?- le pregunté.

-Nada.....sólo....-dijo, avergonzado- tu cabello...

Pero como hay gente más idiota que Kakarotto, que no saben cerrar la boca, Krillin habló.

Esclava del Mal (Dragon Ball Z)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora