Sumisión del Pecado.

Capitulo 5

*Paulina.

Mis padres me despiertan, tomo mi bolso y me dirijo a lo que será mi vida futura, la enseñanza para una mejor vida.

Me ha gustado la amistad que he establecido con el padre Antony, aunque mi corazón me diga cero amistades y semillas en periodo de crecimiento con amor sí.

Mis amigas, claro que unas cuantas me las encuentro. Mi mejor amiga Camila estudiara filosofía conmigo. Nos disponemos a tomar nuestros asientos. El corazón se me paraliza cuando el director nos presenta al catedrático. Antony entra por esa puerta, esta vestido de negro, su cabello algo alborotado y sus ojos azules brillan con la luminosidad del sol que entra por la ventana.

- Con que él será nuestro catedrático – me susurra por detrás Camila.

- Calla – me pongo nerviosa, no quiero que alguien escuche.

Sus ojos se paran en mí, soy la última de la fila. Empieza leer la lista de alumnos, cuando va por el mío, sus ojos no tardan en buscarme. Me levanta una ceja y vuelve a nombrar a los demás.

La clase empieza, Camila me molesta cuando el padre Antony se descuida. Me gusta verlo, me siento nerviosa cuando con el rabito del ojo me ve. Camila me molesta con que él no me deja de ver, pero no quiero ilusionarme, él es un padre no puede sentir nada por mí, es imposible y prohibido, y más que todo es un pecado que ni él ni yo podemos cometer. Podre amarlo en secreto, pero él ni en secreto podrá hacerlo.

Son dos horas de clase. La siguiente es cambio de maestro, me siento triste que él se vaya.

Me voy a almorzar, mi amiga Camila se despide y se va. Mi madre después de clases decide que tenemos que ir a misa. Pero esta vez es raro, deseo ir, me alegra ir.

Sus manos se elevan con el cáliz, su voz se agrava con la proclamación. Mi corazón empieza a agitarse, cada vez que lo veo mi pecho hace esto. No se qué me está pasando, ya es demasiado. Veo sus ojos, aun de noche sus ojos son iluminados.

¡Si tú supieras lo difícil que es decirles a los demás, que solo eres mi amigo!

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