capitulo 13

119 7 0
                                    


*Paulina.


No uso tatuajes, solamente uno que no puedes ver, es tu nombre en mi corazón.

He escuchado que para el amor/ no hay edad.

Lo nuestro es una bella casualidad.

No te culpo de lo ocurrido.

El día que bese tus labios, sabré que es amar de verdad.

En mi mente estas como una adicción.

Llegas hasta el fondo de cada rincón de mi corazón.

Eres mi necesidad.

No he podido dormir, después que Camila haya venido asustada a decirme que Manuel había amenazado a Antony. No he podido dormir, por lo poco que entendió Camila fue que Antony quería algo conmigo. Si eso fuera posible.

Pero quería comprobar y que mejor que besar. Si él se desistía es porque todo lo que siento es vano y no habrá nada. Y aun más... el no siente nada por mí.

Pero sus labios en ninguna segundo rechazaron los míos. Estuvieron dispuestos a seguir el tiempo que fuera necesario, no fue como pensé que sucedería, todo fue tan rápido y que me pidiera que lo besara bloqueo mi sentido común y despertó el deseo.

No he dejado de pensar en ese dulce, delicado y suave beso. Quizás la noche de ayer fue una de las mejores de mi vida. Antony es mi capturador y privilegiado de besar mis labios, con el he sentido cosas bellas que con Manuel no sentí, sus labios fueron tan distintos.

- Paulina, Manuel esta abajo – es el mayordomo.

Tengo mucha confianza con él, cuando salía con Manuel me ayudaba a escaparme. Él decía si mi felicidad esta con Manuel me apoyaría siempre y cuando no me metiera en problemas, ya que se los metía a él.

- Dile que se vaya.

- No me iré – exalta Manuel.

- Joven le dije que esperara abajo – lo toma del brazo el mayordomo.

- Tú eres solo un empleado, y sabía tu respuesta Paulina.

- No le digas eso, discúlpate Manuel.

- Hasta que quieras hablar conmigo.

- Adivina mi respuesta.

- Por favor – reprocha.

Mi mayordomo esta en medio de la puerta con Manuel detrás.

- Déjanos a solas, por favor – le pido al mayordomo.

- Perdone por lo dicho – se disculpa Manuel a la salida.

- Descuide.

Me levanto de mi cama y deposito mi diario en el escritorio. Le ofrezco sentarse a Manuel y yo me apoyo en el borde de la ventana.

- De que quieres hablar.

- De nosotros.

- Ya no hay nada.

- Pero lo hubo.

- Exacto, hubo y ¿ahora? Asi que pierdes tu tiempo.

- Nuestros padres no querían esta relación.

- La íbamos a enfrentar juntos, pero preferiste tu familia.

- Lo lamento, pero éramos muy jóvenes. No sabíamos que hacíamos, ni siquiera teníamos la edad para trabajar.

- El dinero es el problema, no quería dejar tus comodidades.

- Es obvio, a puesto que tú tampoco.

- El amor se llama amor, por eso iba a dejar todo.

- Del amor no se vive.

- Pero tampoco se vive sin amor.

- Quiero recuperarte – se acerca tomándome de los hombros.

- Ya es tarde – me zafo de su agarre.

- ¿Es por ese hombre? – sube la voz y mueve las manos.

- Quiero que te vayas, ¡ya!

- Y me iré, pero quiero que sepas que tú serás mía.

- Haz lo que tú quieras, la decisión es mia.

- Y seré yo.

Empuja la puerta, me acuesto enterrando mi cara en la almohada. Sea lo que sea, el decidió esto, ya no siento nada por él, todo se acabó.

Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única - Jorge Luis Borges

Eres único Antony Alves.






Sumisión del Pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora