Capitulo 23

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*Antony.


Tú allá preguntándote si aún te extraño y yo aquí preguntándome si aún me quieres.

- Buenos días César – este sentado con una taza con café en sus manos.

- Buenos días Antony.

Me siento a su lado, son las seis de la mañana y el cielo esta nublado. Una gota cae en mi parpado, veo a César que aun esta desayunando muy tranquilamente. Lo veo y sonrío, es un anciano muy simpático.

- Mi esposa está enferma – dice de pronto.

Abro mis ojos como plato y lo veo fijo.

- ¿Qué?

- Estoy esperando los resultados. Ayer le hicieron unos exámenes para ver que tiene.

- ¿Cuáles son sus síntomas?

- Fuertes dolores de cabeza, se siente débil y ha adelgazado mucho.

Veo su rostro, está muy preocupado. Es su esposa de tiempo, su amor de la vida, su alma. Debe estar bien Dios mío.

- Debes ser fuerte, Dios quiera que no sea nada malo.

- Dios lo oiga. No quiero quedar viudo, no, sin ella esta vida debe morir también.

- Una vida se puede ir, pero usted debe ser fuerte y seguir hasta que Dios se lo lleve.

- Cuando uno ama, si esa vida se va la de uno también, somos uno solo.

- Ya – se me fueron los ánimos.

- Debo ir al hospital, lo dejo padre.

Me da unos golpecitos en la espalda y se va.

Cuando uno ama, si esa vida se va la de uno también, somos uno solo. Si amas declaras un solo ser, uno muere el otro también.

Entro a mi habitación, son las tres de la tarde, hora de la misericordia.

Me arrodillo y saco el rosario, empiezo a rezar la coronilla a la Divina Misericordia. En cada petición pido que aumente mi vocación, que no me aparte de su camino.

Un suave viento entra por la ventana, abro mis ojos y dejo que la frescura penetre en mi rostro. Termino de rezar y salgo a caminar.

Entro a un pasillo oscuro, no recuerdo haber visto este lugar antes, por pura curiosidad entro. Espero que nadie me encuentre por si es un lugar del cual no puedo estar. Es un salón pequeño, hay fotografías puestas en las paredes, son la de santos.

San Agustín – santa Ana – san Jerónimo - santo Domingo – san Leonardo – santa Mónica - la sagrada familia – santa Paulina – san Antonio de Padua.

Veo mas el lugar y no hay otro objeto mas que estas fotografías. ¡Qué raro!

Pero mas allá, noto un reclinatorio, esta polvoso, me sorprende ver un látigo... y es donde me doy cuenta que es el lugar de los sacrificios. Justamente hace cincuenta años los sacerdotes por cometer pecado se daban golpes para pagar ese pecado y así limpiarse. Tomo el látigo y lo paso por la yema de mis dedos.

Escucho pasos y me ubico detrás de la puerta, después de cinco minutos se va y salgo rápidamente. Me encuentro a David que está sentado escribiendo.

- ¿Qué escribes? – me siento a su lado.

- Carta a mi madre, hoy se envían correspondencias.

Mis padres murieron dos años antes de ser ordenado. No tengo mas familiares, sería bonito volver a la costumbre de telegramas que hacía con Paulina.

Siempre nos comentábamos por medio de telegramas, eran cada mañana que ella enviaba y recibía yo. Algunas eran hasta solo para decir que amaneció bien, era algo extraño ya que estábamos a unas cuantas cuadras, pero se nos volvió una costumbre que continuamos sin verlo extraño.

- Estas pensando en ella...

Llevo mi mirada a David que está viéndome fijo, ríe y vuelve a escribir.

- ¿Por qué dices? – ya me imagino por qué...

- Vaga sonrisa ¿no?

- No puedo controlarme ahora, no se qué hacer enserio.

Llevo mis rodillas a mi pecho y mi cara puestos en ella, tomo una piedra y la lanzo... Paulina lanzándome una piedra en mi tobillo, rodilla hasta en mi pierna llegó a dar.

- ¿Cuándo vuelves a esa confesión?

- Dentro de cuatro días, el viernes – lanzo otra piedra.

- Como dije no soy bueno dando consejos, pero... quiero que me escuches y no me interrumpas, no vaya ser que me cortes la inspiración – pone su carta a una lado y se voltea para verme.

Me recuesto hacia la pared y toda mi escucha se activa.

- El amor empieza por tu mente, muchos dicen es el corazón, pero no lo es; cuando empiezas a enamorarte de alguien lo primero que gustas es su físico, tienes una ideal en ti mismo que sabes gustar. Cuando estas con ella no quieres que se vaya más de tu lado, si recibes una carta de ella sacas una sonrisa tonta, la vez diferente a las demás y no interesa estar con nadie más que no sea ella y es cuando estas enamorado. Pasan las semanas y estas obsesionado con querer ver a esa persona o recibir una carta de nuevo o no sé exactamente, pero quieres saber; luego te das cuenta que verla a los ojos te crea un paro cardíaco, tu corazón empieza a latir a billones por minuto y dices... la amo, aunque verdaderamente no sea así. Empiezas a amar cuando tu mente y tu corazón se encuentran conectados, ya no solo ves ese físico ves mas allá... de lo cual estas amando, su ser, ella. Tus sueños ya no son sueños porque lo sientes real ahora, te imaginas un mundo con ella, aunque no exista un futuro – está viendo el cielo como si leyera – esa chica te atrapo de una buena manera, quiso controlarse a como tu intentaste, pero cuando llega el amor llega, ¿quieres matarlo? Tienes que matar al mundo, el mundo es amor y el amor es el mundo, no puedes evitarlo.

Cuando ya no puedes es porque enserio ya no puedes, no debes pelear con esto, estas enamorado, lo que te queda es luchar por esa chica, eres un sacerdote, pero eso no te impide amar a una mujer, somos seres humanos y así es el mundo, si no Dios nos hiciera diferentes a los demás, pero ve, mírate o mírame, somos igual a esas parejas de novios, casados, que se aman hasta el infinito, tu vocación es otra, puedes seguir con Dios porque el estará contigo, por esta causa él no te abandonara, no, estará más contigo, bendecirá tu relación. Si sigues intentado dejar esto, dolerá mas y esa herida seguirá... no existe eso que la distancia hace olvidar, es pura mentira. Si tienes recuerdo, dime... ¿olvidas un recuerdo, y más aún que ese recuerdo sea algo bello en tu vida? No. Estando aquí evitas y no debes seguir así, ve y destitúyete de tus votos, tú no perteneces acá, te lo digo con el cariño que te tome este tiempo.

Toma su carta

y se limpia el polvo, sonríe y se va.

Sólo hay una cosa que tiene el poder de hacer cambiar de vida a una persona, el amor.



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y es justamente lo que yo pienso también.....  sigan votando..... :)

Sumisión del Pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora