Capitulo 16

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*Antony


Es posible que los amores sean tan duros como lo describe el romance literario. Pero no hay como sentirlo, el sentir amar a otra persona es sentirse lleno, no apruebo que te sientas satisfecho contigo mismo, siempre necesitaras de una persona que este a tu lado. Yo decidí por el amor de dios, me sentía satisfecho, pero ahora con esto de Paulina, mi sentir es ahora diferente, es como que la necesitara a ella, mis manos antes estuvieran vacías, y poder estar con ella es estar a gusto a todo.

Me toca irme, es lo mejor para los dos, ella debe seguir su vida. Y estoy seguro que la va encontrar, es joven y bonita buscara un refugio donde sea, y capaz el regreso de Manuel sea eso. Su refugio regreso.

Sería muy egoísta decir que no quisiera verla con otra persona, ya que el ser humano es así, cuando amas a alguien no la quieres compartir con nadie.

- Padre, ¿está bien? – me doy cuenta que estoy con un pie en el autobús y el otro aun el pueblo, me detuve a pensar que perdí la razón del tiempo.

- Si, si. Solo que extrañare este lugar – miento, solamente te extrañare a ti Paulina.

- Que le vaya bien, que lastima que lo manden a otro país.

Es lo que dijo el obispo que dijera, que tengo una misión en otro país para no alertar rumores.

- Gracias, cuide al próximo sacerdote – me despido de la señora que me atendía, nuestra sacristana.

- Lo extrañaremos mucho.

El camino se hace eterno, posiblemente es una duración de cuatro horas el viaje. Entrare a un seminario, tipo renovación de vocación, estoy muy agradecido que no me hayan quitado el sacerdocio. Desde pequeño estuve seguro de que esto es lo que quería para mí.

Entro a un edificio de tres pisos, el patio más el jardín son una inmensidad. Una ancha puerta color marron se abre y dejan ver a un señor posible setenta años. Me sonríe con su poca dentadura; le reitero la sonrisa y me deja entrar.

- El rector lo espera en la oficina que se encuentra en esa puerta – me señala la tercera puerta de vidrio, el pasillo es muy grande. Este es el seminario más grande que he visto.

El seminario al que fui en España no es ni la mitad de esto. Es a parte muy elegante, camino a pasos grandes, levanto la mano, ya que no hay necesidad de tocar siendo de vidrio. El rector levanta la vista, como si ya sabía de mi presencia o siente las miradas. Deja la biblia su derecha y se levanta abrir.

- Lo estaba esperando – dice seco.

- Buenas tarde.

- Buenas tarde, el obispo me dijo todo sobre el asunto. Mañana empezara una clase de reavivamiento vocacional. Su cuarto es la habitación 109, el segundo piso. Su horario los tendrá puesto en su habitación, alguna duda viene hacia mí. Los seminaristas estan en otro pasillo, su habitación es la única de ese sitio.

- Gracias – sonrío, tomo mis maletas y empiezo a caminar.

El señor de la portería, me ayuda a guiarme hacia donde me hospedare. Ahora me doy cuenta que este señor es casado, su anillo lo lleva puesto.

- ¿Cuánto tiempo lleva en este seminario?

- Veinte años, aquí estudio mi hijo y pues me quede enamorada de este seminario, además que aún me aceptan aunque sea para abrir la puerta, por mi edad en ningún otro lugar me aceptaban.

Sumisión del Pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora