El Hermoso Tormento

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Aradia seguía incrédula ante la noticia, y eso que ya había pasado una semana del incidente, ¿Cómo es que sus padres eran tan inconscientes?, primero comprometen a dos adolescentes de quince años, segundo los casan sólo tres días luego del compromiso, ¡Tres malditos días después!, cerrando con broche de oro, el carente juicio de sus padres, dicta: Mandar a los jóvenes esposos de luna de miel, aah pero no a una luna de miel normal y ordinaria, no señor, eso es mucho pedir para ella.

La chica nunca olvidara como Walburga Black los había llevado hasta ese lugar, o mejor dicho la casa en la que viviría con su esposo después de graduarse de Hogwarts. Los hizo tomar un traslador (una espátula vieja y oxidado) llegando les mostró el lugar, lo más importante la habitación principal (que ninguno quiso usar), baños, cocina, comedor, equipaje etcétera se fue una hora después cuando el traslador volvió a activarse.

La "casa" era enorme, tanto que aun no había tenido tiempo de explorarla entera, casi tan grande como la mansión Tornetti, también era cálida y bonita, podría apostar que su propia madre la eligió. Los gustos de los Black y de su padre eran demasiado sombríos para elegir un lugar tan bello, tenía la sensación de haber viajado al pasado, a la edad media, todo era rustico, elegante, brillante y perfecto, los diseños de madera, alfombras, muebles, grandes ventanales, las estatuas de mármol blanco, retratos coloridos y elegantes. Cortinas de un hermoso color vino tinto y paredes de un sublime gris perla a excepción de las habitaciones. Finalmente los jardines adornados con una basta variedad de flores y plantas.

La enorme fuente que había en el centro, los rosales, arbustos, arboles, un sendero de piedra caliza, el pequeño lago del jardín trasero y las grandes puertas de hierro pintadas de plateado cromado custodiaban el lugar.

Estaría encantada de no ser por dos razones sumamente importantes:

Desdé que llegaron Regulus y ella se llevaban como perros y gatos, estar juntos en una habitación por más de dos minutos era desatar la tercer guerra mundial muggle. Ni ella ni el habían intentado limar asperezas su orgullo no se los permitía, apenas y se volteaban a ver.

La segunda razón es que ese bello lugar que sería el hogar del joven matrimonio también era su cárcel, su jaula de oro.

La mansión estaba hechizada no podían salir, ni nadie entraba, el único que lo hacia era kreacher el elfo doméstico que trabajaba con los Black, iba dos veces por semana a limpiar y llevar víveres pero terminando sus deberes se marchaba y los dejaba solos de nuevo, ellos tenían sólo que prepararse su propia comida, a la chica no le importo era algo que ya hacía para ayudar en casa de los Potter y Wadlow, Regulus... bueno, lo intentaba, pero siempre quemaba todo o lo dejaba muy crudo, muy insípido o muy salado, nunca podía hacer algo de buen sabor o bien cocido, salía a relucir lo mimado que estuvo tuvo toda su vida.

Aradia sabía de sus fracasos culinarios porque en secreto lo miraba preparar su comida, era muy divertido ver como el chico intentaba hacer algo decente. Siempre terminaba todo sucio, agotado y con un desastre absoluto en cada rincón de la cocina, por eso lo espiaba, era muy gracioso y porque tenía miedo que hiciera estallar el lugar, con Regulus al mando en una cocina nadie estaba a salvo. Casi se había apiadado de el en varias ocasiones, casi le preparaba algo... Casi. Su orgullo fue más feroz y el de él, ni se diga, en muchas ocasiones observó el como miraba con deseo los platillos que ella realizaba, sus ojos brillaban y más de una vez notó que estuvo por babear, Aradia trataba de comer siempre con múltiples gestos de satisfacción y gusto, disfrutando lo más posible de cada alimento, todo con el fin de antojar aún más a su hambriento esposo, quien sólo la observaba de lejos expectante y deseoso de comer lo mismo.

Según sus padres vivir juntos ese verano era lo mejor pues así pasarían más tiempo unidos y aprenderían a convivir como un buen matrimonio, ¿En serio estaban cuerdos? Ellos apenas y cruzaban palabra alguna.