Me encontraba con Cristal en el callejón Diagón comprando los materiales para nuestro cuarto curso en Hogwarts, ¿novedades?, sólo algunas, entre ellas, ahora era alta, había crecido cinco centímetros pasé de una estatura hobbit, a la de una chica normal, (por lo menos en Hogwarts) ahora Cristal sólo era cinco centímetros más alta que yo, y no una cabeza entera.
Con la estatura también crecieron otras cosas, pase de ser chica "A" a una chica "C", en resumen el vergonzoso regalo de la señora Wadlow fue útil después de todo, al igual que el de la señora Potter, (que por cierto los camisones terminaron cubriendo apenas mi trasero) e incluso el de mi madre, mi ropa normal ya no me quedaba. En el primer mes de vacaciones cuando la metamorfosis comenzó y me encontraba en la casa Potter me fue más fácil evitar usar los regalos indeseados, me la pasaba robando de la ropa de Sirius o James, la que era holgada y cómoda, pero una vez que llegué a la casa de los Wadlow no me quedo de otra, era usar la ropa de pésimo gusto de Cristal o la que mi madre había comprado para mi. Sofía, o como la señora Wadlow le gustaba que yo la llamara, la Tía Sofía, no paraba de elogiar lo hermosas que Cristal y yo nos pusimos, o de decir que ya eramos todas unas señoritas, era entonces cuando sabía que así debían ser las madres (no como la mía, fría y reseca).
Cristal y su madre insistieron en que al tener un nueva apariencia también debería tener un nuevo cambio de look. Después de tanto insistir al fin acepte, muy a regaña dientes.
Al llegar al salón fui atendida por la mismísima dueña, una mujer castaña con apariencia de súper modelo, estilo revistas muggle. Según ella mi cabello necesitaba ayuda con urgencia pues estaba y cito: maltratado, quemado, reseco, con orzuela, rebelde, esponjado, muy rizado, enredado y todo lo que terminara en "ado".
Mentiría al decir que no me molesto lo mal que hablo de mi pobre cabello, ¡¿Que rayos quería que hiciera?!, mi madre nunca me enseño a cuidar adecuadamente de él, además estaba tan rizado que era difícil peinarlo por lo que lo dejaba ser libre con el viento, evidentemente y según la señorita Roggers eso había estado muy mal.
Pasaron al rededor de tres largas y muy eternas horas. Aunque cuando finalmente pude verme al espejo supe que valió la pena. A pesar de todo me veía bonita. n
No podía creer que la persona frente al espejo era yo, me veía como una joven de dieciséis y no como la chica desastrosa de catorce. Mi cabello que antes era desordenado, rizado, opaco y con un largo hasta las cintura, ahora era reluciente, con largas ondas, me llegaba a las caderas, lo cual no entendía porque pude notar lo mucho que la señorita Roggers corto, así que decidí preguntar, esta soltó una risita cantarina para después contestar.
-Oh cariño, de largo no te corte demasiado, sólo quite peso y una vez peinado y desechos eso pequeños rizos se puede ver el verdadero largo de tu cabello.
La señora Wadlow le agradeció y pagó, antes de irnos, la joven estilista me dio una pócima con un nombre extraño, me dijo que era un tratamiento para mantener mi cabello reluciente. Al principio estaba recia de aceptarlo pero después me explicó que sólo tenía que tomar un frasco una vez al año, por lo que pensé, ¿Por qué no? eso podría funcionar.
*.*.*Días después Cristal y yo buscábamos por los vagones del tren escarlata a los chicos. Cuando ellos nos vieron y se acercaron a nosotras, únicamente saludaron a Cristal a mi apenas y me notaron, eso me molesto un poco.
-¡Oigan montón de idiotas!, ¿que no me piensan saludar?, o me seguirán ignorando para la eternidad, estos me observaron de arriba a bajo fascinados con lo que veían él primero en hablar fue Remus.
-¿Aradia?
-¿En serio es ella?- dijo Petter.Lo más insólito fue que James y Sirius seguían si pronunciar ni pío.
-Claro que soy yo, y dejen de verme como si fuera la octava maravilla.
-Te vez preciosa- me dijo Remus cortes, como solo él podía.
-James ha ocurrido lo que más nos temíamos- exclamó Sirius con pesar.
-Él lepruchaun a mutado y sea convertido en una distracción masculina muy llamativa- respondió James con pesar en su voz.
-Tendremos que aumentar la vigilancia en un ciento diez por ciento- continuo Sirius con seriedad fingida.
-Y hay que mejorar nuestro métodos repelentes de hombres.

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El Hermoso Tormento
FanfictionAradia Tornetti desde su prematura niñez ha estado perdidamente enamorada de Regulus Black. Regulus pensaba en ella como su peor pesadilla hecha persona; Aradia en el como su principe hecho realidad. Ser hija de una muy prestigiosa familia de sangre...